Al parecer, un agente de la Guardia Civil observó cómo el conductor de un vehículo destinado al transporte discrecional de viajeros (transporte legal) ofrecía un viaje a Sant Antoni a varios turistas previo pago de un precio por persona, informaron desde comisaría. «Se trata de una acción totalmente prohibida y propia del denominado taxi pirata, por lo que el compañero de la Benemérita intervino y requirió de nuestra presencia», relataron. Una vez en el aeropuerto, la Policía Local denunció al conductor y procedió a la retirada del vehículo. «En este caso, el perjuicio es doble ya que se atenta contra las reglas del sector. Por ello, el titular del vehículo no podrá recuperarlo hasta que se aclare la situación, aunque la responsabilidad es única y el conductor deberá pagar la multa», informaron los agentes.