El taxi vuelve a empezar
NOTICIA DEL DIARIO EL PAIS
* La Administración admite que la única solución definitiva es la retirada de licencias
BARCELONA. EL PERIODICO. CARLOS MÁRQUEZ DANIEL.- El taxi es probablemente el sector más ingobernable de Barcelona. Les ampara el mismo paraguas legal y las mismas normas, pero los propietarios de las 10.480 licencias activas miran, como es lógico, por su propio interés, por su propia pequeña empresa. A partir del 2003, cuando se aprobó la ley del taxi, el gremio se aposentó en un tedioso arbecho, alimentado por unos gestores socialistas que se apoyaban en las viscerales discrepancias internas para no tocar nada. CiU ha pagado ahora una doble inocentada: la de coger el mando cuando la facturación está por los suelos y la de intentar, aunque suene irónico, buscar el máximo consenso posible. Los turnos, aceptados en referendo, modificados después y aprobados por las organizaciones que representan al colectivo, han dado una buena lección al Instituto Metropolitano del Taxi (IMT): no le ha quedado otra que anularlos a la semana de ponerlos en práctica. Han prendido que el problema va mucho más allá de la oferta y la demanda, de la crisis o las propuestas; el conflicto es de mando. Y de buscar una salida que realmente dé respuesta al excedente de taxis.
Unos 400 taxistas se concentraron ayer frente a la sede del IMT, para exhibir su rechazo a una medida cuyas buenas intenciones han derivado en una deficiente aplicación. El boicot al aeropuerto, tolerado tanto por AENA como por Mossos, precipitó ese encuentro con los sindicatos. El turno T-3, de siete de la mañana a siete de la tarde, se había convertido de largo en el más solicitado, hasta el punto de abarrotar las horas punta de faena. Así las cosas, todos los líderes pidieron cancelar el plan y acordaron que a partir de las seis de la tarde los chóferes podrían quitar las pegatinas con la opción horaria. Eduard Ràmia, gerente del instituto, precisó que solo el consejo de administración del IMT podía tomar esa decisión, aunque admitió que era cuestión de horas lograr las firmas para enterrar los turnos.
Mientras arriba se discutía, los ánimos en la calle se iban encendiendo. Como ya es habitual, llegó un momento en el que se decidió cortar la Ronda Litoral. Y como de costumbre, fueron los taxistas que a esa hora pasaban por ahí los más perjudicados. A uno, tildado de «esquirol » pese a que no había convocatoria alguna de huelga, le rompieron el módulo, el aparato del techo que marca la tarifa. Le costará repararlo la friolera de 500 euros. A los 15 minutos llegaron varias furgonetas de los Mossos y pusieron orden, el que echaron de menos los viajeros que llegaron al aeropuerto de El Prat el lunes y el martes.
Retirar
Muertos los turnos, el taxi deberá volver a empezar. Como adelantó este diario la semana pasada, la única solución definitiva, que no sea un parche, es la retirada de licencias. Ràmia comparte la opinión, pero sabe que se intentó hace 14 años y acabó mal, con un recurso que obligó a parar la retirada de 1.215 taxis. Por eso se estudia cambiar la ley metropolitana y evitar así flecos legales. El problema es que cada licencia se cancela por unos 100.000 euros. Y que son los taxistas los que deberán sacar la cartera. ¿Están dispuestos?
PSC y PP censuran a Trias por su poca implicación en la crisis del sector
Los grupos municipales del PSC y del PP vincularon ayer la gestión del taxi con la administración de Barcelona para reprochar al alcalde su poca implicación en los problemas de la ciudad. El líder de los populares, Alberto Fernández Díaz, acusó a Xavier Trias de «ineficaz» al ser «incapaz de garantizar el servicio ni las peticiones del sector, sobre todo de los autónomos, que son los taxistas de toda la vida».
Por parte de los socialistas, el concejal David Escudé valoró la eliminación de los turnos como una muestra de la «falta de liderazgo, planificación y proyecto» del alcalde. El joven edil del PSC, que forma parte del consejo de administración que votó a favor de los turnos, lamentó «la aplicación unilateral del sistema de turnos
para quitarlos una semana después». «Esta situación –prosiguió– solo agrava el mal momento del sector del taxi y genera imágenes que no deben repetirse».