Los taxis de Marne

 

NATIONAL GEOGRAFIC. GUIOMAR HUGUET PANÉ.- Todas las grandes batallas de la historia tienen episodios que, si bien no tienen porqué ser determinantes, acaban convertidos en símbolos o iconos muy conocidos que son asociados a ese conflicto para siempre. Es el caso de los taxis del Marne. En septiembre de 1914, el avance alemán hacia París durante los primeros meses de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) ponía en serio peligro la integridad de la capital francesa. El objetivo del imperio alemán era culminar el plan Schlieffen, según el cual pretendían invadir y derrotar Francia en primera instancia para después dirigir sus esfuerzos bélicos hacia Rusia, y así nunca tener dos frentes alejados abiertos. Para defender París frente a lo que parecía un avance imparable, el general Galliani decidió movilizar miles de taxis parisinos para conseguir transportar parte de las tropas que se encontraban en la capital hacia el frente. Aunque la cantidad de tropas que trasladaron no fue decisiva, la imagen de los Renault 8CV con un pasaje formado por cuatro o cinco soldados se convirtió en uno de los capítulos más épicos de la batalla. En la imagen sobre estas líneas se puede ver a dos de ellos en primer plano, seguidos por una fila de buses que también participaron en el traslado.

Los taxis del Marne, que se convirtieron como, los pantalones rojos de los soldados franceses, el casco con pincho de los alemanes, la maza británica para rematar caballos heridos (murieron más de ocho millones de caballos) o el alambre y la trinchera, en uno de los iconos bélicos de la Gran Guerra.

Aunque los taxis del Marne no fueron decisivos, apenas transportaron 5.000 soldados de la 7ª división de infantería, su presencia en el momento más crucial de la batalla insufló  moral de victoria a civiles y militares. Las columnas de coches rojos, circulando a 25 km por hora, casi todos Renault 8CV,  cargados con cuatro o cinco soldados a la ida y con heridos, mujeres y niños, que recogían en las carreteras, a la vuelta, se convirtieron en uno de los emblemas de la salvación de la capital francesa. El mito se extendió al Renault 8CV y a su fabricante, Louis Renault, que fue considerado un héroe al finalizar la guerra. Varios de aquellos taxis parisinos se exhiben con veneración en diferentes museos franceses.

La idea de utilizarlos se atribuyó al general Gallieni, que ante la situación desesperada del frente necesitaba transportar una división que le quedaba en la reserva. El día 6 de septiembre, entre dos y tres mil taxis que permanecían en circulación fueron requisados. El resto de los conductores de los diez mil taxis parisinos estaban movilizados.

Precisamente, los Renault 8CV habían sido los primeros automóviles en incorporar el taxímetro,