La falta de conductores y de taxis se agudiza en Santiago durante la temporada alta

Hosteleros, turistas, visitantes y vecinos de la capital gallega denuncian una gran dificultad a la hora de encontrar un taxi
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Un taxi de Santiago.

 

 

 

SANTIAGO. ABC.- Encontrar un taxi disponible en Santiago de Compostela se ha convertido en una auténtica odisea. El inicio de la temporada alta ha vuelto a situar en primera plana una problemática que arrastra la ciudad desde hace años y que amenaza al sector turístico.

La creciente llegada de turistas y peregrinos impulsa este desequilibrio, pues la oferta existente es incapaz de satisfacer la demanda de taxis que exige el periodo estival. No obstante, la Asociación Hostelería Compostela denuncia que este escenario ya se detecta en otros momentos del año , lo que amplifica su gravedad.

Thor Rodríguez, presidente de la asociación, recalca para este medio que si bien es cierto que «es mucho más agudo en esta época, no solo es una cuestión de la temporada». Congresos, actividades, jornadas, días de lluvia y las habituales cenas de empresa de noviembre y diciembre también emergen como focos de tensión a la hora de coger un taxi.

Entre las posibles causas de esta falta de respuesta, Thor reconoce que es difícil concretar una fórmula exacta, pero identifica factores como la ausencia de conductores, la desaparición tras la pandemia de la línea exclusiva de autobús que unía Santiago con el aeropuerto o los largos trayectos que realizan algunos taxistas fuera de la comarca.

La hostelería, precisamente, es uno de los sectores más afectados por esta situación. «Hemos visto peleas entre dos turistas por un taxi o como una turista con muletas tuvo que bajar a pie hasta la estación de autobuses porque fue imposible encontrar un taxi», recuerda el presidente de la Asociación Hostelería Compostela. Tal es el grado de desesperación que algunos directores se han visto obligados, incluso, a llevar ellos mismos a sus huéspedes al aeropuerto para que no pierdan el avión.

Las quejas procedentes de los propietarios de los restaurantes resultan aun más enérgicas, ya que la escasez de taxis impacta directamente en las reservas. Esta alcanza situaciones extremas como la vivida a principios del presente mes de junio durante la celebración de un congreso en San Lázaro. Muchos participantes no tuvieron más opción que cancelar sus reservas en diversos restaurantes del casco histórico al ser imposible conseguir taxis que los trasladasen al lugar. El escenario resultó todavía más pintoresco cuando grupos de congresistas se vieron obligados a realizar improvisados picnics en los aledaños del Palacio de Congresos.

Por supuesto, la ausencia de taxis no solo afecta a congresistas, turistas y extranjeros, sino que también influye en las actividades y quehaceres cotidianos de los vecinos de Santiago de Compostela. «Utilizan el taxi para ir a citas médicas, al trabajo,… es necesario tener un servicio de calidad», concluye Thor Rodríguez.

De momento, los colectivos de taxistas y la Administración Pública no han sido capaces de alcanzar un acuerdo para poner en marcha soluciones eficaces a pesar de las distintas reuniones que se han realizado con la Xunta y el Concello. Entre las propuestas presentadas en el pasado destacan la ampliación de las 147 licencias actualmente en vigor, la emisión de permisos temporales en épocas de mucho trabajo o realizar ajustes en los recorridos para que los trayectos sean más rápidos, eficaces y baratos para los clientes.

Así, estos colectivos y asociaciones se encuentran a la espera de la toma de posesión del nuevo gobierno local para solicitar de forma inmediata una cita que les permita abordar de forma efectiva un escenario que califican como inaceptable y que amenaza con dañar la imagen de la capital gallega.