El taxi de Barcelona teme que Free Now dispare su comisión por cada servicio prestado

Los taxistas de Londres que operan a través de esta empresa ya le pagan un 18% por viaje, mientras que en España sigue siendo un 12,5%

Un taxi con pegatinas de Free Now circula por las calles de Barcelona
Un taxi con pegatinas de Free Now circula por las calles de Barcelona / JOAN CORTADELLAS

BARCELONA. EL PERIODICO. CARLOS MÁRQUEZ DANIEL.- No hay ningún anuncio oficial. Ni tan siquiera una voluntad manifiesta. Pero los taxistas son un género precavido, amantes del dicho ‘cuando el río suena, agua lleva’. El caso es que Free Now, empresa multinacional de intermediación del servicio de taxi, acaba de incrementar la comisión que cobra a los conductores de Londres. Ahora pagan un 18% por viaje. En España, ese porcentaje está en el 12,5% (más IVA) desde que la empresa se quedó Hailo (antes My Taxi) a principios de 2019. El gremio sostiene que han ido acumulando poder y que llegará un momento en el que se convertirán “en sus esclavos“. La compañía asegura que cada mercado “actúa de manera independiente“, y que por ahora, no hay nada previsto.

Hasta 2019, el modelo de negocio era muy simple: por cada servicio que obtenían gracias a la ‘app’ de Hailo, los taxistas tenían que pagar un euro, con independencia de lo que marcara el taxímetro al finalizar la carrera. La llegada de Free Now cambió el tablero de juego. Se pasó al porcentaje, que Isabel García, directora general de la empresa en España, explica por el deseo de democratizar el negocio, es decir, que paga más el que más se beneficia, sin exclusividad, sin permanencia. Y la cosa empezó a crecer, hasta el punto de que de las 10.521 licencias activas en el área metropolitana de Barcelona, unas 4.000 están adscritas a la aplicación. O sea que, de algún modo, el taxi le teme a un supuesto monstruo que él mismo ha ayudado a crear.

Caballo de Troya

Luis Berbel, presidente del Sindicato del Taxi de Catalunya (Stac), le pone palabras a ese miedo. Cree que el hecho de que controlen una porción tan grande del pastel “les da una posición privilegiada para imponer lo que quieran”. Y eso, claro, incluye la comisión que cobran a los taxistas. “Van a convertir al taxi en su esclavo“, se aventura este veterano líder del sector. “Pueden subir el porcentaje todo lo que quieran porque muchos compañeros dependen de los viajes que les llegan a través de su aplicación y no se atreverán a discutir. Creo que a medio-largo plazo podrían incluso llegar al 25% de comisión”. O sea, intuye un caballo de Troya al que no solo han dejado entrar: también sabían lo que había dentro.

Isabel García Frontera, junto a un taxi aparcado en una de las paradas de plaza de Catalunya, donde Free Now tiene su sede en Barcelona
Isabel García Frontera, junto a un taxi aparcado en una de las paradas de plaza de Catalunya, donde Free Now tiene su sede en Barcelona / MANU MITRU

La directora de Free Now en España, en conversación con este diario, ni confirma ni desmiente. No porque no quiera; porque por ahora, sostiene, no hay planteada ninguna revisión de las condiciones. “Cada mercado -en referencia a lo sucedido en Londres, aunque en Grecia también se encareció- atiende a sus propias necesidades de negocio, teniendo en cuenta el contexto socio-económico”. ¿Es Free Now una oenegé o una empresa ingenua? Por supuesto que no. ¿Es consciente la compañía de que quizás el momento no es el ideal para ir tocando los precios? Sin duda. Veamos las razones.

Comisión congelada

Primero, porque la empresa tiene abierto un contencioso-administrativo contra el Instituto Metropolitano del Taxi (IMET), que le prohíbe cobrar una comisión por la reserva anticipada de un vehículo. Son 2,20 euros para los servicios solicitados con cuatro días de antelación, y 0,80 euros para el resto. La Administración catalana vetó el suplemento al considerar que va más allá de la tarifa pública aprobada, con lo que la empresa ha dejado de cobrar decenas de miles de euros. Si un juez les da la razón, la factura que reclamará Free Now al IMET será muy pero que muy considerable.

Archivo - Taxi con la pegatina de Free Now.
Taxi con la pegatina de Free Now. / ARCHIVO

Y segundo, porque el Departament de Territori tiene entre manos una actualización de la ley del Taxi que regulará la actividad de todos los implicados por separado. Es decir: VTC (con las dos variantes de licencias tradicionales y las de plataformas como Uber, Cabify o Bolt), taxis y empresas intermediadoras. Debía estar lista para antes de que terminara 2023, pero ahora ya pueden dar por seguro que nada se hará público hasta que pase el Mobile World Congress, por aquello de las posibles reacciones del sector que incluyan boicotear la feria más importante del año en el sur de Europa.

Esta revisión legislativa deberá decidir si Free Now es una mera empresa tecnológica que ejerce de intermediador entre cliente y prestador del servicio o si es un operador de transportes. Si se opta por lo primero, las condiciones y los requerimientos son livianos, llevables. Si se elige lo segundo, las exigencias se multiplican a todos los niveles. La directora general lo tiene claro: “Somos una empresa tecnológica que digitaliza un servicio. Añadimos un valor tecnológico a la cadena del servicio, pero no lo prestamos, no depende de nosotros; sin nosotros el taxista sigue operando sin problema. Somos un servicio de la sociedad de la información”. No lo ven igual los taxistas, que de nuevo levantan un muro para frenar cualquier intento de mancillar su sistema tradicional de operar.