Los conductores de Cabify en Barcelona denuncian ante Trabajo sus condiciones laborales
Barcelona. Diario Transporte.– Cabify está de moda. La app ha conseguido abrirse un hueco en el mercado español en los últimos años, y está haciendo competencia al taxi. Sin embargo, parece que no es oro todo lo que reluce. Las dudas sobre las condiciones laborales de sus empleados es algo que siempre ha estado en el ambiente y, ahora, parece que alguien ha decidido da el paso. Según ha podido saber Merca2 se ha presentado una denuncia ante la Inspección de Trabajo en Barcelona, de la mano del sindicato CNT.
En ella se puede comprobar cómo los empleados -contratados a través de la ETT Jobs and Talents- se ven obligados a trabajar doce horas diarias, por encima de lo fijado en el convenio. Señalan, además, que son forzados a trabajar en días festivos sin obtener ningún tipo de remuneración extraordinaria. De este modo, confían en que se pueda aclarar lo que está ocurriendo ya que, desde CNT, aseguran que esta práctica es muy habitual dentro de Cabify, y que no es exclusiva de Barcelona.
Según han relatado a este diario diversas fuentes, Cabify opera en Barcelona -al igual que en otras ciudades- mediante la contratación de un servicio de flotas a la empresa Yirmi UC Fiesta Omnibus, S.L. Ésta es, a su vez, la que pide a Job and Talent la contratación de personal para conducir los coches. Un proceso selectivo que uno de los empleados que ha presentado la denuncia califica de “poco rigurosos, ya que sólo te exigen un psicotécnico; los antecedentes penales y un examen que -si no apruebas- puedes repetir al día siguiente”.
El salario por esas 12 horas que trabajan es de 1.100 euros, a los que hay que sumarle un complemento si logran 5.000 euros de facturación mensual. Es decir, que cada día deben lograr una recaudación de unos 230 euros. “Algo a lo que no todo el mundo está dispuesto. De hecho, durante la primera entrevista hubo mucha gente que se levantó y se fue”, explican. En definitiva, evitar al máximo las pérdidas de tiempo y que pueda haber viajes que se queden sin cubrir.
De hecho, Antonio (nombre ficticio) reconoce que “no le gusta el trabajo, pero tiene que vivir. Espera, eso sí, que este proceso sirva para que sus condiciones laborales cambien” en los próximos meses. ¿El motivo? A todo lo anterior, el hecho de que tampoco se pueden alejar del vehículo. Según explican, la recomendación es que lo tengan permanente vigilado, que intenten hacer las mínimas paradas posibles durante el servicio y que estén permanentemente conectados a Cabify Driver, la app que les regula los servicios.
Ante la pregunta del por qué ha querido dar el paso, la respuesta es simple: “estoy harto de que se salgan con la suya. Que paguen en condiciones por las horas correspondientes y, si no les sale rentable, que cierren”, sentencia.
En Merca2 nos hemos puesto en contacto con Job and Talent y, por el momento, no tienen constancia de la denuncia y, por tanto, prefieren ser cautos antes de hacer cualquier valoración. También hemos hecho lo propio con Cabify, pero la compañía no ha respondido por el momento.
Como decimos, no es la primera vez que se denuncian este tipo de conductas por parte de sindicatos o asociaciones del Taxi. Hace unos meses saltaba a la luz en Vozpopuli que Cabify, a través de Maxi Mobility Transporte de Viajeros, S.L. había registrado hasta 29 empresas distintas. El objetivo, según reconocía la propia Cabify, era “la intermediación con terceros para la compraventa de licencias VTC -es decir, las que necesitan para operar-“. De hecho, muchas de esas sociedades -según indica el propio diario- fueron vendidas durante 2016.
Entre las sociedades registradas se encuentra, precisamente, la que trabaja en Barcelona. Yirmi UC Fiesta Omnibus, S.L. Una compañía que fue fundada, según consta en el Registro Mercantil, el 30 de septiembre de 2015, con Juan Ignacio García Braschi (CEO de CAbify) como administrador único. Sin embargo, desde febrero de 2016 es administrador de la sociedad Rafael García Tapia. De hecho, en agosto de 2016 se hizo una ampliación de capital de 500.000 euros, lo que situó el capital social en algo más de un millón de euros. Esta empresa se dedica a “el transporte de viajeros por carretera, el arrendamiento de vehículos con conductor y el arrendamiento de vehículos sin conductor”.
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De hecho, además de la venta, Cabify explicaba la creación de todas esas sociedades para facilitar que los conductores pudieran acceder a licencias VTC. Algo que también han puesto en duda los sindicatos, pues son necesarias siete personas para poder asociarse en una cooperativa o S.L. De este modo, según la CNT, hay que desembolsar 58.000 euros y asociarse con gente que no conoces para poder comenzar a operar.