La Xunta no descarta las licencias temporales de taxi, pero espera una propuesta del Concello de Santiago

El Gobierno gallego considera que hay margen para acelerar el proceso legal si vincula a la tramitación del nuevo presupuesto

Imagen de un par de taxis en la estación de tren compostelana

Imagen de un par de taxis en la estación de tren compostelana PACO RODRÍGUEZ

SANTIAGO DE COMPOSTELA. LA VOZ DE GALICIA. ALVARO SEVILLA.- Como encontrar una aguja en un pajar, en eso se ha convertido el reto de subirse a un taxi en Santiago de Compostela. Mientras ecaos y el déficit de vehículos afecta prácticamente a diario a vecinos y visitantes, desde la Xunta afirman que la responsabilidad de articular una propuesta para solucionar el problema compete a Raxoi. Así lo desgranan fuentes del Gobierno gallego, que niegan que se hayan opuesto a las licencias temporales, aunque confirman que para crearlas sería necesario modificar la ley autonómica de transporte.

«Existe unha ventá de oportunidade, que son as leis de orzamentos e de acompañamento, que poderían acelerar o proceso», destacó el líder compostelano del Partido Popular, Borja Verea, quien consideró que «é unha pena que o Concello de Santiago non esgote tódalas posibilidades que ten diante para remediar un dos problemas máis graves que sofre a cidade a día de hoxe». Afirma que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se comprometió en su última reunión con la alcaldesa, Goretti Sanmartín, a estudiar todas las propuestas que presente, pero precisa que «dende a Xunta seguen esperando por elas. Unha vez o fagan habería que ver o seu encaixe legal. As licencias temporais son unha opción, así como incrementar as fixas».

Desde la Asociación Compostelana de Autotaxi, la mayoritaria dentro del gremio, su portavoz, Jesús García, fue uno de los primeros en poner la vía temporal encima de la mesa. Argumentó que serían necesarias unas 70, que deberían estar operativas entre Semana Santa y octubre, lo que ampliaría el número de taxis disponibles hasta los 200. Sobre la opción de incrementar las licencias fijas, el colectivo destacó que era inviable y García admitió que de aplicarse «en inverno temos que ir todos a comer ao Concello». Explicó que los profesionales sacaban, entre noviembre y abril, lo justo para vivir y cubrir gastos, mientras que en la temporada estival se encontraban que con el bum turístico no daban abasto aunque alargasen las jornadas y redujesen los descansos.

Su propuesta nació después de comprobar que las licencias temporales ya funcionaban con éxito en Baleares y se estudiaba crearlas en Cataluña. ¿Cómo articularlas? Esa es la gran cuestión, aunque creen que ellos deberían llevar la voz cantante. «O que temos claro é que ninguén vai a meter 50.000 euros nun coche e nos permisos para traballar só seis meses. Teríamos que ser nós directamente os que os puxéramos e contrataramos aos choferes», precisó García.