La videovigilancia llegará a todos los autobuses de TMB en el 2023

La red ya tiene 170 vehículos equipados con cámaras de seguridad a bordo de los 1.135 en servicio. El proyecto prevé la instalación de un total de 4.500 dispositivos, entre dos y siete por cada bus

Nuevas cámaras de videovigilancia en los buses de TMB

Dos cámaras recién instaladas en un autobús.  Àlex Garcia

Con esta medida, en la que TMB ha invertido 12 millones de euros –el 90% procedente de fondos europeos Next Generation– que también se emplean en los nuevos sistemas de información, se busca mejorar la seguridad de los viajeros, de los conductores y también de las instalaciones. Se trata tanto de prevenir, principalmente por el efecto disuasorio que tienen las cámaras para la comisión de actos delictivos e incívicos -colarse sin pagar también-, como de agilizar las actuaciones reactivas; es decir, que se pueda dar respuesta con el máximo de celeridad a todo tipo de incidencias que se produzcan a bordo de los buses, como hurtos, robos, peleas, agresiones sexuales y también situaciones en que alguna persona sufra un problema de salud o cuando haya un accidente.

Si es necesario, las imágenes, de alta resolución, se pueden ver en directo desde el centro de control

La tecnología que se está instalando, la más moderna disponible para autobuses, según TMB, y que ya ha probado en diez de ellos en los últimos meses, servirá además para obtener más datos sobre la operación del servicio y mejorarlo gracias al sistema de análisis inteligente que incorpora y que la empresa piensa que tiene un amplio campo de aplicación de cara al futuro.

Entre otros aspectos, se podrá saber con más exactitud que ahora el nivel de ocupación de cada vehículo en tramos de la ruta e intervalos horarios determinados y comprobar cuáles son los patrones de origen y destino. En estos casos no se identificarán personas concretas sino que se contarán cabezas o se distinguirán diferentes colores de ropa, incluso sillas de ruedas o coches de bebés, preservando siempre la privacidad de los viajeros. Los cálculos se harán mediante algoritmos.

La compañía espera que, además de ayudar a resolver casos, este control tenga un fuerte efecto disuasorio

Las cámaras que TMB había usado con anterioridad en una treintena de autobuses eran manuales y las imágenes que captaban, de baja calidad. Su aprovechamiento y alcance eran muy limitados ya que había que descargarlas previamente para verlas en una pantalla. Además, la resolución a menudo no era suficiente para identificar a los presuntos autores de los delitos o ver según qué detalles relacionados con ellos.

Ahora, son de alta calidad –1.080p Full HD–, con lo que pueden ser de gran utilidad en las investigaciones policiales. El sistema cubre todo el vehículo y puede hacerse zoom. Los vídeos se reciben en tiempo real en el centro de control de seguridad de autobuses, ubicado en las instalaciones de la compañía del Triangle, en Sant Andreu. En caso de necesidad, básicamente si el conductor avisa al centro de control pulsando un botón porque se ha producido una incidencia, desde la sala se pueden pinchar las cámaras que sean necesarias para ver vía streaming lo que ocurre a bordo en ese momento.

El metro tendrá más de 10.000 cámaras

La instalación de cámaras de videovigilancia en los autobuses es una de las actuaciones de la estrategia de seguridad de la compañía, que también se despliega en el metro. Esta última red cuenta en estos momentos con 2.908 dispositivos de este tipo dentro de los trenes y 5.576 en el resto de instalaciones (principalmente en las estaciones). Así, el número total es de 8.484. La previsión de TMB es que en el 2025 todos los convoyes de su ferrocarril subterráneo estén equipados con estos aparatos de control, lo que supone instalar en los próximos años otros 1.680. Así, se rebasará la cifra de 10.000. Como en el transporte en superficie, este servicio dispone de tecnología que permite pinchar las cámaras en caso de incidencia y ver lo que pasa en tiempo real desde el centro de control.

En cualquier caso, los dispositivos graban de manera continua todo el tiempo que el autobús está en servicio –según las líneas, entre 10 y 16 horas cada día– y las imágenes quedan almacenadas. A los 30 días los vídeos se borran automáticamente, siempre que no haya un requerimiento judicial o petición policial para que se conserven.

“Este sistema de videovigilancia embarcada forma parte de un proyecto muy ambicioso para hacer del transporte público, y especialmente el autobús, un espacio seguro, de tolerancia cero contra las agresiones”, ha explicado este miércoles la concejal de Movilidad de Barcelona y presidenta de TMB, Laia Bonet durante una demostración del nuevo sistema. La edil ha subrayado que todo el sistema “se ha diseñado siguiendo estrictos criterios de privacidad, proporcionalidad y protección de datos para no afectar ningún derecho básico de los usuarios y de acuerdo con las recomendaciones de los Mossos d’Esquadra”.

La instalación de cámaras en la red de buses se enmarca también dentro de las acciones previstas en el plan estratégico de TMB para prevenir y combatir el acoso sexual y la discriminación LGTBIfóbica y por razón de género, que también se llevan a cabo en el metro.