La participación de más personas en el asesinato del taxista asturiano no está descartada

Severino Amieva, padre del taxista brutalmente asesinado, a la derecha, junto a otros familiares y amigos. :: MARIO ROJAS
* La defensa dice que la saliva del acusado localizada junto al coche de la víctima «no es una prueba definitiva
ARRIONDAS. DIARIO COMERCIO Y AGENCIAS. ANA MORIYÓN.- Los miembros del equipo de investigación no descartan que más de una persona participase en el brutal asesinato del taxista Guillermo Amieva Gallego, que tuvo lugar en la carretera de la localidad parraguesa de Collía, en la noche del 19 al 20 abril de 2010, cuando la víctima, de 37 años, se encontraba trabajando. Así lo han indicado los miembros del equipo de investigación -el instructor del caso y los dos médicos forenses que realizaron la autopsia- que declararon ayer en la primera sesión del juicio que se desarrollará esta semana en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Asturias. Esta teoría fue defendida por la familia de la víctima desde un principio al entender que sólo así se puede explicar que el imputado, Alexis M. F., de nacionalidad dominicana, hubiera podido escapar del lugar del crimen y localizarse horas más tarde en Cangas de Onís.
Los investigadores también han confirmado que se hallaron restos de saliva del acusado en las inmediaciones del vehículo, «en el radio de apertura de la puerta derecha». Sin embargo, desde la defensa se insiste en que dichos restos «no suponen una prueba contundente ni definitiva» ya que la saliva podría estar desde antes en el lugar donde se encontró el taxi con el cadáver. «Hay una saliva que es de él, que está en la carretera», apuntó el abogado de la defensa, Luis Alberto Alvarez Arboleya, tras la primera sesión del juicio, matizando que esos restos de saliva «podían estar ahí antes de que llegase el coche». «Por esa regla de tres cualquier persona que hubiera pasado por ahí dos horas antes podría estar sentado en ese banquillo hoy», remarcó, aclarando que «no se han encontrado restos biológicos dentro del coche».
También se ha remarcado como prueba el testimonio de algunos de los cuatro agentes de la Guardia Civil que dijeron reconocer «sin ningún género de dudas» al acusado en las imágenes de la cámara de vigilancia de una entidad bancaria de Cangas de Onís alrededor de las 3 de la madrugada. Una imagen que coge fuerza si se tiene en cuenta que, poco antes, uno de los taxistas de la cooperativa de Arriondas recibía una llamada desde el teléfono de Guillermo -que previamente habría sido sustraído por el asesino- y que lo sitúa precisamente en Cangas de Onís. Sin embargo, la defensa rechaza que estas imágenes le vinculen con la llamada e incide en que la grabación registra a más personas aquella madrugada.
Alexis M. F. F. sólo contestó a las preguntas de su abogado. Admitió conocer a la víctima sin que existiera una amistad entre ambos y dijo que la noche del asesinato no cogió «ningún taxi» aunque era un cliente habitual. Dijo que aquel lunes salió sobre las 22 horas de casa en Cangas de Onís para dirigirse a varios pubs de la localidad y luego desplazarse en coche a Arriondas para ir a otros bares, regresando de nuevo a Cangas para acudir a otro local antes de volver a casa.
Respecto a su marcha a Suiza días después del asesinato, el acusado sostiene que llevaba tiempo pensando en irse porque en España no tenía «arraigo familiar» y había «roces» con su compañero de piso. Además, matizó que tenía «posibilidades de dinero» para emprender el viaje como para tener que llevar a cabo los hechos que se le imputan.
No obstante, tanto la Fiscalía como la acusación particular le sitúan aquella noche en el lugar de los hechos al encontrarse restos de su saliva cerca del taxi y destacan que la tarjeta de teléfono que utilizaba desde hacía tiempo se encontró en el terminal de la víctima, que desapareció la noche de autos.
Con todo, sostienen que el acusado cogió el taxi de Guillermo Amieva Gallego aquella noche y tras desplazarse a Collía le asestó 36 puñaladas y se llevó 150 euros, el teléfono móvil, el navegador y las llaves del vehículo. Días después, robó el coche de su compañero de piso y marchó a Suiza a casa de familiares, donde tenía una orden de busca y captura y fue detenido por una multa de tráfico. El 13 de agosto de 2010 llega extraditado a la cárcel de Soto del Real teniendo en su poder el teléfono de la víctima y el GPS que desaparecieron del taxi.
La sesión de hoy contará con la declaración como testigos de varios compañeros del taxista asesinado, así como de miembros de la Interpol desde Suiza, a petición de la defensa, para acreditar cómo se llevó a cabo la detención de Alexis F., por una multa de tráfico, qué se encontró en el vehículo que conducía y qué había robado a su compañero de piso, así como el proceso de extradición a España.
La Fiscalía considera los hechos constitutivos de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, y de una falta de hurto, y solicita que se condene al acusado a 23 años de prisión La acusación particular pide 25 años . Alexis F. ya ha sido condenado por el asesinato de Francisco Javier V. C., en febrero de 2010 en Cangas de Onís, a otros 23 años de prisión