El taxi se subleva en Sants contra la «presión policial»
* Manfestación espontánea en la terminal de trenes
* Los conductores cortan el tráfico para pedir a la Urbana «más comprensión»
BARCELONA. EL PERIODICO. CARLOS MÁRQUEZ DANIEL.- La estación de Sants vivió ayer la enésima demostración del mal momento por el que atraviesa el sector del taxi. Los conductores, ya de por sí enfurecidos por culpa de una crisis que ha reducido su facturación más del 30% en – dos años, protagonizaron un corte de tráfico de hora y media frente a la terminal. Protestaban por la «represión de la Guardia Urbana» después de que una patrulla se colocara en la entrada de la parrilla, evitando la cola que ocupa un carril de circulación. Eran poco más de las nueve de la mañana y muchos chóferes acudían a buscar clientes, viajeros del AVE recién llegado al andén.
Todo sucedió de manera espontánea. No había nada previsto en una jornada que iba a ser como todas, de mayor o menor tarea pero de muchas horas al volante, hasta 14 en algunos casos. Pasaron los minutos y ese vehículo policial no amainaba. Los ánimos se caldearon cuando los que estaban dentro se dieron cuenta de que había espacio de sobra para que los compañeros fueran accediendo a la parada. Los taxistas decidieron tomar cartas en el asunto. Cortaron el tráfico en señal de protesta y durante hora y media la estación de Sants se quedó sin taxi.
Hasta el lugar se acercó Eduard Ràmia, gerente del Instituto Metropolitano del Taxi (IMT), que prometió una reunión urgente con los afectados para tratar de buscar una solución. Sobre la mesa no solo tendrá el problema del acceso a la estación, sino la histórica demanda de colocar una parada en la salida de Països Catalans, donde estuvieron durante muchos años antes de ser trasladados al otro lado, a la plaza de Joan Peiró, por donde sale menos gente. El IMT, tal y como ya adelantó este diario, estudia que los taxis puedan encochar también por el lado izquierdo de la terminal, sorteando unas obras congeladas de Adif. Los taxistas, sin embargo, piden trabajar junto a la puerta de Països Catalans, algo que la Administración rechaza alegando que el pavimento podría ceder con tanto peso.
Mariano Gutiérrez, un joven taxista que está en todos los fregados que afectan a Sants, denunció ayer la «persecución constante de la Guardia Urbana en toda la ciudad», y pedía más de «comprensión». Misma opinión aportaba el presidente del Sindicato del Taxi de Catalunya, Luis Berbel, que aseguraba que las 1.500 plazas en las paradas de taxi en Barcelona «son insuficiente», teniendo en cuenta que circular sin cliente no sale nada rentable.
En cualquier caso, la última palabra la tendrá el IMT, que por si no tuviera pocos problemas, ahora tiene que lidiar con el enfado creciente del taxista metropolitano
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