‘Bajada de bandera’, un documental recuerda a 14 taxistas asesinados por ETA
‘Bajada de bandera’, un documental para recordar a 14 taxistas “olvidados” asesinados por ETA
El documental, promovido por la Fundación Miguel Ángel Blanco, hace un mapa de los lugares en los que 14 taxistas fueron asesinados por ETA entre 1969 y 1985
EUSKADI. ELDIARIO.ES. MAIALEN FERREIRA.- El 9 de abril de 1969, el taxista Fermín Monasterio recogió a un cliente en el casco viejo de Bilbao que le pidió que le llevara dirección Burgos. En aquel momento, no fue consciente de que ese cliente era en realidad el miembro de ETA Miguel Echevarría, alias ‘Makagüen’, que escapaba herido de una redada policial en la que habían sido detenidos otros etarras. A la altura de la localidad de Arrigorriaga (Bizkaia) le hizo salir del coche y le pegó cuatro tiros.
ETA asesinaba en 1969 al primer civil. Desde entonces, hasta 1985, otros trece taxistas fueron asesinados en el País Vasco. ‘Bajada de bandera’, es un documental que nace con el objetivo de recrear un mapa de aquellos lugares donde ocurrieron los asesinatos y contar sus historias.
La Fundación Miguel Ángel Blanco ha sido la promotora del documental, que se estrenará este jueves en el Museo Casa Botines de León en el marco de la Exposición ‘La Voz de las Manos Blancas’ -un recorrido fotográfico por la historia del terrorismo- y participará en el XIX Ciclo de Cine para la Tolerancia de Pamplona el próximo sábado.
La directora de la Fundación Miguel Ángel Blanco, Cristina Cuesta, el director de FUNDOS, José María Viejo, el director del documental, Felipe Hernández, y el responsable de archivo, investigación y documentación del Centro Memorial Víctimas del Terrorismo, Gaizka Fernández Soldevilla, han presentado la obra este jueves en una rueda de prensa online.
“Es importantísimo recuperar la humanidad y la historia de las víctimas más olvidadas, sobre todo de las de las primeras décadas y contar de una manera clara, directa, con criterio ético y estético la verdad y la dignidad de tantos que pasaron a segundo plano, que vivieron verdaderos calvarios en su día a día”, ha explicado Cuesta.
Según ha señalado la directora de la fundación, la finalidad del documental es denunciar y relatar “la impunidad de muchos de estos casos, porque la mitad de los que se reflejan no han sido judicializados”, así como “la soledad y el desamparo de las familias que fueron apartadas de la cotidianidad por estar marcadas por ETA y una estrategia criminal que intentó marcar a aquellos que, sin ningún fundamento ni verdad, podrían parecer colaboradores de las Fuerzas de Seguridad del Estado”.
En un primer momento, como ha explicado su director, Felipe Hernández, el documental iba a basarse tan solo en la historia de Monasterio, ya que, “su caso tenía fuerza y elementos para constituir un único documental”. Sin embargo, más tarde optaron por abrir esa perspectiva y recopilar los casos de todos los taxistas asesinados por la banda entre los años 1969 y 1985.
Para el director, las víctimas de ETA pertenecientes al gremio del taxi tuvieron una especial relevancia puesto que “fueron acusadas de ser colaboradores de la policía para justificar su asesinato”. Durante el rodaje han tratado de localizar y grabar “los lugares exactos o más cercanos posibles” donde fueron asesinados y han intentado ponerse en contacto con los familiares de las víctimas, en algunos casos con éxito, pero en otros sin él, puesto que el miedo y las ganas de pasar página han hecho que algunos de ellos no quisieran participar en el documental.
“Una parte de la sociedad está deseando pasar página sin haberla leído primero e intenta acogerse a la amnesia”, ha criticado el responsable de archivo, investigación y documentación del Centro Memorial Víctimas del Terrorismo, Gaizka Fernández Soldevilla, que ha destacado que trabajos como este son importantes para hacer frente al “nacionalismo vasco radical” que, en su opinión, “intenta justificar la acción terrorista y hacer de los etarras héroes”.
“Un antídoto eficaz es la memoria y la historia. Documentales como este pueden hacer que los jóvenes conozcan las consecuencias y cuando se les vuelva a tentar sepan qué ocurrió. Es importante recuperar la memoria para que no haya una ETA del futuro”, ha concluido Fernández Soldevilla.