Según los datos del ayuntamiento, a la flota de taxis madrileña le hace falta una renovación verde. De los 15.664 vehículos que contaban con licencia en abril de este año, la inmensa mayoría (64,57%) son diésel. Solo el 22,28% son híbridos, seguido de un 12,92% de los propulsados con gas licuado de petróleo (GLP) y a la cola con un irrisorio 0,19% de eléctricos yy 0,04% de gas natural.
Los adaptados, exentos
Así, los nuevos vehículos que presten este servicio con la entrada del 2018 deberán tener etiqueta ECO o CERO emisiones de la Dirección General de Tráfico (DGT), una medida incluida en el Plan A de Calidad del Aire, que apuesta por la sustitución de taxis por otros menos contaminantes. Los eurotaxis, es decir, los taxis accesibles a personas con movilidad reducida o adaptados, quedarán excluidos.
Cumplir la normativa
La nueva ordenanza no se circunscribe únicamente a las características verdes de los nuevos taxis. El consistorio que dirige Manuela Carmena, que en los últimos meses ha sufrido las iras del sector, ha transigido en una de las peticiones históricas, que era permitir que los conductores eligieran el vehículo de toda la oferta del mercado sin autorización previa del Ayuntamiento de Madrid.
Así, se dará vía libre a estos cambios siempre que los vehículos cumplan las dimensiones mínimas, los límites de emisión establecidos y cuando sea posible la instalación del taxímetro según marca la normativa estatal y autonómica.