Una escapada en taxi a las fiestas de Zuera le cuesta 976 € y podría ir a prisión
- El cliente alquiló el vehículo en Zaragoza sin intención de pagar la carrera, un ‘simpa’ que una juez ha castigado ahora como un delito de estafa.
ZARAGOZA. HERALDO. M.A. COLOMA.- Los taxistas de Zaragoza se han propuesto acabar con los famosos ‘simpas’ y denunciar ante los tribunales a todos aquellos que decidan bajarse de sus vehículos sin abonar la carrera, algo que acostumbra a suceder durante las madrugadas de los fines de semana y tiene como protagonistas a clientes jóvenes. En su particular cruzada, el gremio ha encontrado como aliados a los jueces, a los que no les está temblando el pulso a la hora de condenar por estafa a estas personas.
La última de estas sentencias ha recaído sobre Javier V. G., al que una escapada en taxi a las fiestas de Zuera que nunca pagó va a terminar costándole 976 euros. Y el castigo podría ser aún mayor, porque la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza advierte al estafador de que, en caso de impago de la multa, podría regresar a Zuera. Pero no en taxi ni a la fiestas, sino en un furgón de la Guardia Civil para pasar 45 días en el centro penitenciario.
Durante el juicio, al que ni siquiera se presentó el acusado, el abogado del taxista, Marco Antonio Navarro, puso de manifiesto el enorme trastorno que generan este tipo conductas al colectivo. En este caso en particular, porque el cliente no solo no abonó el recorrido de casi 30 kilómetros que hizo de madrugada entre la capital aragonesa y Zuera, sino que además tuvo después una hora esperando al denunciante. Circunstancias que no han pasado desapercibidas por la magistrada a la hora de dictar una sentencia condenatoria.
Los hechos se produjeron sobre las 3.30 del 28 de agosto de 2019, cuando el encausado y un amigo que no pudo ser identificado cogieron el taxi en el Coso para prolongar la fiesta en Zuera. Como recuerda el fallo, Javier V. G. «nunca tuvo intención alguna de hacer efectivo el precio del servicio», ya que se subió al vehículo sabiendo que no llevaba dinero para pagar la carrera, que ascendió a 42 euros. Al llegar a su destino, el estafador le dijo al taxista que tenía que retirar efectivo de un cajero automático. Pero aquello ya despertó las sospechas del conductor, que decidió acompañarlo hasta el banco y, al ver por allí a una pareja de la Guardia Civil, le contó lo que estaba ocurriendo. Como se temía, el cliente alegó después que tenía problemas técnicos y no podía sacar dinero.
En su afán por prolongar el engaño, el acusado le dio su número de teléfono al denunciante y se comprometió a quedar con él al día siguiente para abonarle el servicio.Pero, como recuerda la juez en su sentencia, esto nunca sucedió, de ahí que ahora le imponga una multa de 900 euros por un delito leve de estafa a la que añade otros 76 euros por el desplazamiento y la hora que tuvo esperando al taxista.