Tres taxis formarán la flota que dará servicio al nuevo Aeroport de Lleida-Alguaire

Torre de Control y terminal del Aeropuerto de Alguaire

Alguaire – Josep Maria Nadal 2009-12-31

Tres taxis en las puertas de la terminal. Ésta será la flota total del servicio público de taxis que atenderá, a partir del 17 de enero, a los pasajeros que decidan volar desde el Aeropuerto de Lleida-Alguaire. La decisión de adjudicar tan sólo tres licencias de taxis municipales por parte del Consejo del Taxi supone la omisión de un estudio -que aconseja un mínimo de ocho taxis- encargado de evaluar la necesidad de este transporte público en la instalación aeroportuaria.
Tres vehículos públicos es una presencia escasa -según el alcalde de Alguaire, Antoni Perea- incluso teniendo en cuenta la incertidumbre sobre el volumen de viajeros que generará el aeropuerto en sus comienzos. En este sentido, la adjudicación del Consejo del Taxi ha incluido una cláusula que permite ampliar el servicio en función de la demanda.
El consistorio local -que forma parte del consocio de gestión del aeropuerto- reclama también que Incasol se decida a financiar el polígono logístico, de cerca de 40 hectáreas ubicadas dentro de la superficie total de 370 que abarca el área destinada a equipamientos relacionados con el aeropuerto. Según Perea, la proximidad del aeropuerto podría favorecer la implantación de empresas del sector de la mensajería. El edil de Alguaire espera que la Generalitat impulse la creación del que sería el primer parque industrial de Catalunya dedicado a la reparación de aeronaves comerciales que formaría parte adjunta a las instalaciones aeroportuarias.
El consistorio espera que las firmas adjudicatarias de los servicios del aeropuerto aboquen decididamente por la contratación de personal autóctono. Perea, lamenta que los cursos de formación para el reciclaje profesional de personas desocupadas de las localidades cercanas a la instalación aérea no se hayan podido materializar, dado que la especificidad de los puesto de trabajo ofertados hace poco viable una plena incorporación de trabajadores originarios de la zona.
La Mañana