Shanghái declara la guerra a las 'apps' de taxis
* El gobierno local prohíbe el uso de teléfonos inteligentes para reservar coche en hora punta
ZIGOR ALDAMA.- El término ‘desesperación’ se podría definir perfectamente con alguien que trata de parar un taxi en Shanghái en hora punta, bajo la lluvia, sin un paraguas… y sin un smartphone en el que se haya descargado alguna de las múltiples aplicaciones para reservar el vehículo. Porque si ya de por sí siempre había sido difícil conseguir uno en estas condiciones, siempre favorables a la población local -mucho más veloz y hábil a la hora de driblar al resto-, la proliferación de esta nueva fórmula ha complicado la situación en los últimos meses.
Estas aplicaciones, que aparentemente nacieron en Sidney y entre las que destacan Kuaidi Taxi y Didi Taxi, no solo permiten al taxista una mejor coordinación de su trabajo y evitar dar vueltas sin pasajero, también ofrecen una bonificación monetaria que, en los momentos de más demanda, se convierte en una puja sin cuartel. Quien más suplemento ofrece sobre la tarifa que marque el taxímetro al final de la carrera se lleva el coche. Así, muchos usuarios ven atónitos cómo taxis con el piloto verde que confirma su disponibilidad pasan de largo como si fuesen invisibles.
Pero, ahora, el gobierno local ha decidido que eso es ilegal. Y, desde el pasado sábado, ha prohibido el uso de aplicaciones para reservar taxis en hora punta. O sea, de 7.30 a 9.30 horas de la mañana, y de 16.30 a 18.30. Durante esos períodos, los conductores tampoco podrán utilizar teléfonos móviles u otros dispositivos digitales cuando tengan algún pasajero a bordo. Quienes se salten la nueva norma serán multados con 200 yuanes (24 euros), se les suspenderá la licencia durante 15 días, y, en los casos más graves, esa suspensión puede hacerse permanente.
No en vano desde su nacimiento estas aplicaciones han creado controversia. “Están provocando la discriminación de grupos de usuarios de lo que se supone que es un servicio público”, comenta Han Shufeng, un abogado de la ciudad. “Están quienes no tienen un teléfono inteligente, sobre todo la gente de más edad, o los extranjeros que no entienden chino”. Su opinión es compartida por las autoridades. “Las aplicaciones han afectado las operaciones justas y equitativas del servicio de taxi”, dijeron en un comunicado para explicar la prohibición. Por eso, anuncian que se reunirán con los responsables de las dos principales aplicaciones, que han conseguido gigantescas inversiones gracias al éxito que han cosechado y controlan en torno al 70% del mercado en Shanghái, y advierten de que si no cambian su forma de funcionar serán cerradas.
Aunque esta medida se ha tomado en la capital económica de China, muchos esperan que se vaya extendiendo por otras megalópolis del país que sufren el mismo problema. Pero la mayoría de los usuarios de smartphones piden que se regule su funcionamiento pero que no se cierren. “Son una herramienta que puede mejorar la eficiencia del transporte y evitar que haya muchos coches donde no se necesitan y ninguno donde está todo el mundo esperando”, explica Xu Hai, usuario habitual de Didi Taxi. De momento habrá que esperar a un día de lluvia para saber si la situación ha mejorado.