Maro Ramallo, el taxista más joven de Barbanza: «Non podía quedar de brazos cruzados, así que decidín poñerme ao volante»

  • Maro Ramallo, el taxista más joven de Barbanza: «Non podía quedar de brazos cruzados, así que decidín poñerme ao volante»Con 18 años y en pleno estado de alarma, el boirense comenzó a trabajar
MARCOS CREO
RIBEIRA. LA VOZ DE GALICIA. A.PARADA.-  Aunque ya lleva varios meses trabajando como taxista, todavía hay quien se sorprende cuando sube a su coche en la parada boirense. Se trata de Francisco Ramallo Deán (Boiro, 2001), más conocido como Maro, al que le basta un rato al volante para demostrar que la juventud se compensa con ilusión y muchas ganas de trabajar. No obstante, la peculiaridad de su historia no se reduce a la de un chico de 18 años al cargo de un taxi. Para comprender la relevancia de esta hay que remontarse a la situación que dejó la pandemia en este sector.
 «Non podía quedar de brazos cruzados, así que decidín poñerme ao volante», explica Ramallo de uno de los principales motivos que le llevaron a, con solo 18 años y en pleno estado de alarma, coger el relevo de uno de los profesionales boirenses. «Se a familia pasa por un mal momento, haino que dar todo e tirar para diante», indica el joven de la incertidumbre que atravesaban su padre y su madre.

Y es que Maro lleva el oficio en la sangre. Hijo de taxistas, puede decir con orgullo que su progenitora fue la primera mujer en realizar este trabajo en Boiro. «É unha alegría saber que podo contar con estes cacho de pais, mellor non podía comezar, para min son os meus dous profesores e teño moito que aprender deles», reconoce sonriendo el boirense.

Una pasión

Francisco Ramallo cuenta con la gran ventaja de que ama su trabajo, prueba de ello es que tiene el teórico del carné de coche desde los 16 años, cuando se sacó el de moto de 125 c.c. «É unha experiencia satisfactoria, pois non está nada mal facer o que me gusta, conducir sempre foi unha das miñas afeccións, o meu soño», relata, recordando que cuando se decretó el estado de alarma y se interrumpieron las clases presenciales surgió la posibilidad de entrar en el sector: «Que menos que botar unha man na casa, non?».

 La pasión que prendió desde muy pequeño viendo a sus padres al volante se volvió real el 4 de mayo. Aquel primer día no le fue nada mal, ya que hizo tres carreras a Padrón, siendo su mejor jornada hasta el momento. Aunque el viaje más largo que ha efectuado fue al aeropuerto compostelano, está deseando sumar experiencia en una salida mayor.

Con todo, Ramallo también ha visto el rostro negativo de un oficio que exige mucho tiempo y dedicación, pero es algo de lo que ya venía aprendido de casa: «Psicoloxicamente, este traballo é duro, o non ter horario, non poder quedar cos teus mellores amigos…, pero non o cambiaría por moitos outros empregos». En este sentido, el joven señala que el taxi no será su oficio definitivo y que le gustaría trabajar en Boiro como policía local o bombero «e dar todo pola xente do pobo».

«Eu vou con Maro!»Entre los aspectos positivos de ser taxista, Maro tiene muy claro cuál es su favorito: «O que máis me gusta é ver como tanto as persoas maiores como os adolescentes séntense cómodos comigo, non hai mellor cousa que che digan que fas ben o teu traballo». Y es que Francisco Ramallo ya atesora un buen puñado de anécdotas, afortunadamente, la mayoría positivas.

Entre estas historias se halla la del pasado fin de semana, cuando se encontraba en la parada de madrugada y comenzaron a llegar amigos y conocidos para tomar el taxi de vuelta a casa. Nada más ver el Skoda Octavia que recogió del anterior profesional, comenzó a escucharse: «Eu vou con Maro! Eu vou con Maro!». Eso sí, solo cuatro fueron los afortunados y mostrando todo el respeto del mundo.

 Sobre esto último, destaca el joven taxista que no siempre se sube gente educada o responsable, pero su deber es tragar y prestar un servicio a la altura de la trayectoria profesional familiar: «Non só vou levar aos mellores, hai que levar a todos».