Lo cierto es que lo que parecía un servicio normal se convirtió en un infierno, agresión incluida, y todo porque la cliente no quiso pagar los 7 euros de la carrera«Ya ves, siete euros… Hay compañeros que ya ni denuncian porque saben que igual no merece la pena el esfuerzo», replica. Sin embargo, Marco Antonio Navarro, abogado de la Asociación Zaragozana del Taxi no opina lo mismo. «Que sepan que si no pagan van a ir a la cárcel», amenaza.

«Lo que no puede ser es que los impagos, las agresiones a los taxistas, los insultos, salgan gratis», insiste Navarro. A Julio no solo el incidente le costó la carrera; también recibió varios golpes en la cabeza que le dejaron marcado, y todo porque no dejaba irse a la ‘simpa’.

No es el único que ha sufrido graves desplantes por parte de clientes poco agradecidos. «No se preocupe que lo limpio», le decía hace unos meses un cliente a un taxista en pleno centro de la ciudad después de que su acompañante vomitase en los asientos traseros del vehículo.

Eso fue al principio porque después, al insistir el taxista en la reparación del hecho, el hombre la emprendió a golpes con él, mientras éste le gritaba que por favor parase. La carrera era de 8 euros y a eso había que sumar el arreglo de la tapicería, algo que los clientes no entendieron.

Portazo y a puñetazo limpio

En las mismas fechas, en pleno Paseo Constitución, la escena se repitió. De nuevo un cliente que respondía de manera violenta ante un taxista de la capital aragonesa. Y fue por una maniobra que hizo este último para evitar un camión de recogida de basura.

Al cliente, que ya iba a abrir la puerta, no le pareció bien y dio un portazo con una violencia desproporcionada. El taxista salió para recriminárselo y éste le respondió con un puñetazo en la cara que acabó con el trabajador en el suelo, con la camiseta rota, y sin entender lo que estaba sucediendo.

Solo hemos contados tres pero hay más y muchas en turnos de noche. «Parece que estamos recuperando los niveles de violencia de hace unos años«, replica Navarro que no quiere pasar ni una a aquellos que crean que sobrepasarse con un taxista entra dentro de lo normal. «Que entiendan que estamos haciendo nuestro trabajo y que es un servicio para ellos», recuerda Julio, uno de los taxistas agredidos.