El primer taxi eléctrico de Baiona tiene que irse a recargar fuera
BAIONA. LA VOZ DE GALICIA. MONICA TORRES.- Ya no hace falta irse a Londres para subirse a uno de sus icónicos taxis. Un espectacular LEVC TX, que es la versión más moderna del famoso black cab de la capital inglesa, llamado a convertirse en el Rolls-Royce de los taxis, duerme a diario en Baiona y despierta todas las miradas durante sus idas y venidas por el área de Vigo, Santiago o Portugal.
El de Camilo Pérez Barreiro es el primer taxi eléctrico de la villa y además posee la primera licencia otorgada en su día por el Concello para el servicio público. Como establece la normativa local, su flamante LEVC TX eléctrico de autonomía extendida, que representan la llegada del siglo XXI a este icono de la movilidad londinense, es blanco, pero su diseño de techo alto aunque panorámico, cuerpo cuadrado y aire retro es inconfundible. «Me pasé al coche eléctrico por ser cero emisiones y apostar por la tecnología. Es uno de los dos únicos taxis LEVC TX que hay en España, y el otro está en Madrid», explica Camilo Pérez.
El primero ostenta el récord de electrolineras en espacios públicos de España, y en el segundo puede hasta cargar gratis en el único punto que hay, ubicado en el campo de As Cercas. «En Electromaps, que es la aplicación que encuentra los puntos de recarga, aparecen tres en Baiona, pero realmente no los hay», advierte este taxista que, en cualquiera de los dos casos, tendría que hacer veinte kilómetros más de ida y vuelta solo para recargar. «Tampoco hay ninguno en toda la autopista entre Baiona y el aeropuerto de Santiago, por ejemplo. Me salva que el coche tiene un motor Volvo que hace de generador y produce corriente porque, si no, no podría hacer los servicios», afirma.
Camilo es uno de los vecinos y taxistas más rodados de Baiona. Compaginó hasta tres empleos para poder sacarse el carné de moto a los 17, a los 18 el de coche y, antes de los 21 ya tenía el teórico de camión. Comparte vocación y nombre con su padre, también de la parroquia de Baredo y, tras compaginar durante los últimos 26 años su profesión como transportista con la de taxista, abandonó hace uno la primera vendiendo los tres camiones de su propia flota. Fue durante uno de sus muchos viajes por el mundo, dice, cuando se enamoró del icono de la movilidad londinense en cuanto los vio en la Square Mile, así que no dudó al elegir el modelo de su primer eléctrico y encargó la versión prémium del nuevo taxi de la capital inglesa, que conserva el exterior original, pero esconde un interior repleto de lujos. «Aquí no se comercializó hasta enero del 2021, que fue cuando lo encargué, pero tuve que esperar por él un año a que llegara de Suecia», recuerda. Otra de las claves para la elección del modelo, que supone una inversión de más de 88.000 euros y que cuenta con capacidad para seis personas (cinco pasajeros más el conductor), es una importante mejora en accesibilidad universal.
«Facilita el uso a personas con necesidades especiales de movilidad. Cabe una silla de ruedas perfectamente, tiene una rampa motorizada de acceso y además acceden por las puertas laterales del vehículo como cualquier otro cliente, no por las traseras», resalta. El interior tampoco se parece a lo que se puede encontrar en un taxi de serie. Dispone de manillas especiales para personas ciegas, control de temperatura diferente en la cabina del conductor o pantalla de reducción para ir hablando sin que el conductor se entere de la conversación. «Mucha gente se queda mirando cuando voy circulando porque llama la atención. La primera vez que hice un servicio al aeropuerto de Vigo, todos los demás taxistas venían a ver el coche», recuerda. También está ya experimentado en lo de no pasar desapercibido. Camilo Pérez Barreiro se convirtió en el 2005 en el primer taxista en ofrecer sus clientes una limusina para sus trayectos. Un espectacular Ford Lincoln del año 2001 de ocho metros de largo y capacidad para otras tantas personas que también causó sensación.