CEA considera que la reducción de velocidad a 110 km/h no disminuirá el consumo de forma significativa

Limite velocidad

  • La absurda medida anunciada por el Gobierno podría empeorar la movilidad en las principales carreteras y aumentar la siniestralidad en las vías más modernas
  • BARCELONA.- El Comisariado Europeo del Automóvil, club de automovilistas (CEA), considera que la medida anunciada por el Gobierno de reducir la velocidad para disminuir el consumo energético es absurda, podría acarrear graves problemas de movilidad, de seguridad vial, no reducir el gasto en combustibles y contribuir de forma insignificante al ahorro. Por ello CEA propone otras medidas como la formación en técnicas de conducción eficiente y un plan de ayudas a los automovilistas para renovar el parque automovilístico por otro menos contaminante.
    Tras el anuncio del Gobierno de reducir los límites de velocidad en autopistas y autovías a 110km/h, desde CEA consideramos que esta absurda medida de ayuda a la reducción del consumo no está justificada por sus consecuencias prácticas, y podría generar graves problemas de movilidad en el acceso a las grandes ciudades, así como de seguridad vial, principalmente en la autopistas y autovías de última generación.
    De hecho existe un precedente que así lo demuestra: en 1976 se redujo el límite de velocidad a 100 km/h en por otro aumento de los precios del petróleo y los accidentes aumentaron.


    La impopular medida adoptada no demostrará su eficacia

    Desde CEA, se ofrecen una serie de alternativas al Gobierno para paliar el consumo energético y la contaminación, como ofrecer facilidades a los automovilistas para renovar el parque de vehículos, de manera que los usuarios puedan acceder a vehículos más eficientes energéticamente y, además, menos contaminantes.
    Si bien es cierto que una reducción de la velocidad supone un mayor ahorro de combustible, también está garantizado que una conducción ecológica, por ejemplo, pasa por una mayor utilización de las marchas largas o el apagado del motor en caso de retenciones, solo por citar dos ejemplos.
    Antes de anunciar medidas tan drásticas como la reducción de la velocidad en las principales vías de España, también propone una campaña informativa y educativa previa en esta materia, para que se cambien los malos hábitos de los conductores ya que sin reducir la velocidad es posible ahorrar carburante y contaminar menos.
    Por otro lado, CEA advierte que cualquier multa que ponga un radar sin “una homologación posterior” no es válida, y manifiesta el malestar de los automovilistas que parecen ser los que “terminen pagando por todo” a base de medidas represivas.
    Pero planteamos más interrogantes sobre esta medida: Por qué desde otros países de la UE no se han aplicado reducciones de velocidad, o por qué no limita también la velocidad a los transportes de mercancías que consumen más que los turismos, se ha valorado el coste de inversión, existe un afán recaudatorio debido a la reducción de multas…

    El alza de precios y el carné por puntos ya han reducido los consumos

    La reciente escalada del precio de los combustibles está afectando muy seriamente al bolsillo de los automovilistas españoles. Los combustibles en España son hoy más caros que nunca, el precio medio del gasóleo sigue batiendo los récords, y también la gasolina mantiene la línea alcista. Además, los expertos en la materia anuncian que estas subidas van a continuar.
    La subida de los combustibles en España se produce, además, por una serie de factores que confluyen conjuntamente. El principal problema se encuentra en el encarecimiento del precio del petróleo, el proceso de armonización fiscal con la UE, y el gravamen de tres impuestos: el de Hidrocarburos -que establece el Estado-, el de Ventas Minoristas de Determinados Hidrocarburos -compuesto por un tipo estatal igual para todos y por uno autonómico-, y el IVA -en carburante del 18 por ciento.
    Indefensos ante todo, los automovilistas han reaccionado de la única manera posible: reduciendo el consumo de carburante, y pensándoselo dos veces antes de llenar el depósito.
    Pero además, y según datos del sector, la entrada en vigor del carné por puntos y una mayor vigilancia policial en las carreteras ha hecho que los conductores levantemos el pie del acelerador y disminuyamos la velocidad, lo que ha influido de manera muy importante en las cifras del consumo.
    Se calcula que disminuir la velocidad de 150km/k a 120km/h supone hasta un 40% menos de consumo de carburante. Una mayor reducción de la velocidad sería prácticamente ineficaz en el menor consumo, y alargaría el tiempo medio de los viajes de manera considerable.

    Consumo energético de los vehículos y normativa europea

    Desde la década de los 70 ha habido una profunda preocupación en torno a dos aspectos clave del sector del automóvil: el consumo energético y la protección del medio ambiente, que se ha reflejado en las discusiones sobre regulación de emisiones contaminantes en los últimos años y han dado lugar a las directivas europeas.
    Los procedimientos de actuación para reducir el consumo energético en el transporte, en particular de los automóviles, tienen su base en dos aspectos fundamentales: la reducción de la potencia utilizada y el aumento del rendimiento en la utilización del combustible

    Desde CEA recordamos las siguientes actuaciones posibles:

    • Renovación del parque móvil por vehículos nuevos, mucho más efcientes energéticamente.
    • Modificar las pautas de conducción y los hábitos de los conductores (conducción ecológica).
    • Mejorar la eficiencia energética de las infraestructuras del transporte y la optimización de los medios de transporte utilizados.
    • Optimizar el nivel de mantenimiento de los vehículos en uso, para obtener el máximo rendimiento energético.

    Las líneas de actuación para disminuir la cantidad de emisiones contaminantes procedentes de los vehículos, se centran en poner límites más estrictos en los procedimientos de homologación de vehículos nuevos, y realizar inspecciones periódicas del nivel de emisiones contaminantes a los vehículos en uso.