BCN inspecciona el taxi de noche en busca de licencias tramposas
* Guardia Urbana y Policía Nacional ya participan en los controles que se realizan sin previo aviso
* Empresarios y autónomos suman fuerzas contra la gestión ilegal de credenciales de autopatronos
BARCELONA. EL PERIODICO. CARLOS MARQUEZ DANIEL.-El taxi de Barcelona dispone de cuatro inspectores. Cuatro personas que tienen que controlar las cerca de 10.500 licencias que operan en el área metropolitana y deben asegurarse de que cumplan las normas, que no son pocas. Los chóferes cuentan que les conocen perfectamente, que son como «amiguetes» y que se trata de «funcionarios que trabajan ocho horas y luego se olvidan». La noche queda, por lo tanto, al margen de esa escueta vigilancia. Es entonces cuando se producen la mayoría de pequeñas fechorías, trampas administrativas facilitadas por una ley del taxi –aprobada en el 2003– que permite explotar las licencias con dos turnos, rompiendo el viejo dogma de un taxi, un conductor. Así las cosas, el Instituto Metropolitano del Taxi (IMT), ahora comandado por CiU, ha decidido pasar el trapo cuando oscurece. Las inspecciones empezaron la semana pasada, con la complicidad de Treball (control de contratos), la Guardia Urbana (examen del estado del vehículo y del conductor) y la Policía Nacional (aplicación de la ley de extranjería).
Para que autónomos y empresarios del taxi vayan de la mano, algo gordo tiene que estar pasando. Sucede que muchos taxistas propietarios de una licencia optan por recurrir a una gestoría para que explote su taxi. Se pueden derivar papeleos como la afiliación a la Seguridad Social o el pago de nóminas, pero entregar las llaves y olvidarse es ilegal, tal y como especifica el reglamento metropolitano del taxi aprobado en el 2004. El taxista recibe un fijo al mes y el gestor, en el peor de los casos, exprime al máximo las 24 horas del día con convenios que no cumplen la legalidad –cotizar por cuatro horas y estar ocho al volante, por ejemplo– o instando a los asalariados a cobrar comisiones ilegales a sus clientes.
ENTRAR AL DETALLE / Eduard Ràmia, gerente del IMT, habla desde la normalidad. Tiene lógica. No debería sorprender que un colectivo se someta a un cierto gobierno a cualquier hora del día. Sí debería chocar, en cambio, que no se haya hecho hasta ahora. Solo la Urbana actuaba de oficio cuando veía una actitud errante o un taxi estaba involucrado en un accidente. Faltaba entrar al detalle.
En esta primera oleada de inspecciones, se ha contado con la participación de la dirección de Treball, la Guardia Urbana y la Policía Nacional. El primer día se produjeron un centenar de controles y media docena de vehículos acabaron en el depósito por distintas irregularidades. Ràmia concreta que tanto se puede deber a una ITV no pasada como a un conductor que lleva un taxi para el que no está contratado. El IMT realizará un informe y verá por dónde van los tiros. Luego seguirán con las salidas nocturnas que en ningún caso se anunciarán para evitar que el sector salga inmaculado a la calle.
UN CAMBIO DE CHIP / Lo que Ràmia tiene entre manos es el origen de un cambio de chip: «Que el taxista se dé cuenta de que cualquier día, en cualquier esquina, se puede encontrar una inspección». «Pero ojo –sostiene–, que nadie vea esto como una iniciativa represora o recaudatoria. Se trata de regular la profesión, dignificarla y desenmascarar a aquellos que funcionen al margen de la ley».
Las cinco asociaciones que resultaron elegidas para negociar con la administración futuras mejoras del sector –sistema de turnos, tarifa única para El Prat, eliminación de suplementos…– están ultimando un documento para pedir al IMT que luche con todas sus fuerzas contra el arrendamiento ilegal de licencias. Luis Berbel, presidente del Sindicato del Taxi de Catalunya, recuerda que esta iniciativa es «una demanda histórica» del gremio. Le duele decirlo, pero parece ser que son los propios autónomos los que más irregularidades están cometiendo con la gestión ilícita de su taxi. «El arrendamiento es el cáncer de nuestro oficio, así que todo lo que signifique más supervisión, sobre todo durante la noche, nos parece bien».
Coincide con él Camen de Tienda, presidenta de la Asociación Empresarial del Taxi. No es habitual que patrones de varias licencias y autónomos estén de acuerdo en algo. La responsable de la AET se queja de que la Administración «ha sido demasiado laxa durante los últimos años», y señala como principales delitos los conductores no dados de alta, los taxistas ligados a una credencial que llevan otra licencia y, lo más grave, el ya citado arrendamiento.
EL VERDADERO ENEMIGO / Raúl Aldehuela preside la joven Unión de Taxistas Autónomos Metropolitanos. Huye del eterno conflicto con los empresarios y recuerda que el enemigo es «cualquier taxista que cometa una irregularidad». Confía en que las inspecciones no sean «flor de un día» e insta a que tengan «continuidad» con el objetivo de «luchar contra el fraude». «Tenemos que quedarnos los taxistas que hacemos bien las cosas, solo así saldremos juntos de la mala racha que atravesamos».