La prueba definitiva de que al coche autónomo le falta mucho para ser totalmente fiable
El vehículo se hunde en cemento frescoUn coche autónomo vuelve a hacer el ridículo en San Francisco, pero la evolución de la tecnología continúa en una ciudad que se ha convertido en el centro neurálgico de este tipo de vehículos
San Francisco reduce los taxis autopilotados tras un par de choques
Los reguladores del transporte en California piden a la empresa Cruise reducir un 50% el número de vehículos mientras investigan los incidentes ocurridos la noche del jueves
SAN FRANCISCO. EL CONFIDENCIAL. MARÍA DUARTE.- El vehículo que puedes ver en esta foto es un coche autónomo atascado en el cemento fresco de una obra de repavimentación de la avenida Golden Gate, en San Francisco. El incidente, que tuvo lugar el pasado martes 15 de agosto, es una prueba más de que todavía queda mucho camino por recorrer para que los coches autónomos sean mejores conductores que los humanos.
En la imagen, el automóvil está claramente varado en la carretera, ligeramente inclinado hacia delante con las ruedas hundidas en el hormigón recién vertido. Según las declaraciones del fotógrafo —Paul Harvey, un vecino de la ciudad que paseaba por la zona— “[el coche] cree que es una carretera y no lo es, no tiene cerebro y no se da cuenta de que es hormigón recién vertido”.
Ristra de errores
A raíz del accidente, la portavoz del Departamento de Obras Públicas de San Francisco Rachel Gordon, declaró al New York Times que el proyecto de pavimentación en la avenida Golden Gate estaba señalizado con conos de construcción y que había trabajadores con banderas en cada extremo del área.
Aunque el coche no llevaba pasajeros, no es la primera vez que estos automóviles protagonizan incidentes en esta ciudad. La semana pasada, hasta diez taxis de la firma Cruise dejaron de funcionar cerca de un festival de música en North Beach provocando fuertes retenciones de tráfico. Según el San Francisco Chronicle, la compañía echó la culpa del problema a “problemas de conectividad inalámbrica” de la red de telefonía, quizás sobrecargadas por la afluencia de público.
Los coches de la empresa Cruise —perteneciente a General Motors— llevan ya un año circulando de manera habitual por las calles de la Ciudad Dorada, una metrópolis que se ha convertido en un centro de pruebas para la tecnología de conducción autónoma.
Aunque los funcionarios del ayuntamiento han expresado su preocupación por los vehículos autónomos después de que estas máquinas hayan conducido sobre mangueras de bomberos trabajando en la extinción de fuegos o se detengan en medio de la carretera sin explicación alguna, Gordon afirma que siguen dispuestas a trabajar con las empresas, aunque “todavía hay mucho por hacer”. De hecho, a pesar de los incidentes la Comisión de Servicios Públicos de California votó a favor para ampliar los servicios de Cruise y Waymo, otra empresa de vehículos autoconducidos, el jueves de la semana pasada.
Objetivo: 99,999999% de fiabilidad
Los coches autónomos han sido protagonistas de múltiples accidentes en los últimos años, algunos muy graves, como el choque de un vehículo Tesla en 2019 que provocó la muerte de dos personas. Este accidente dio lugar al primer juicio por homicidio contra la compañía de Musk.
Los Tesla son precisamente los coches con mayor número de problemas. Varios conductores han denunciado recientemente fallos con el sistema AutoPilot al notar que su vehículo aceleraba repentinamente o sufría episodios de frenadas fantasma cuando el sistema detectaba un riesgo de colisión inexistente. Algunos incidentes no pasaron de ahí, pero otros acabaron en accidentes, choques y salidas de la calzada. Tesla es también objeto de una investigación criminal por parte de las autoridades norteamericanas por el elevado número de accidentes y las promesas incumplidas de Musk sobre su programa de conducción autónoma
Sin embargo, a pesar de tener incidentes como el del cemento fresco, tanto los Cruise como los Waymo tienen un buen historial. Y, aunque por el momento no nos librarán de riesgos al volante al 100%, sus fallos son menores que los cometidos por humanos. Según un reciente estudio del Insurance Institute for Highway Safety (IIHS) de EEUU, los vehículos autoconducidos podrían reducir un 34% los accidentes en la carretera. Después de todo, el 94% de los accidentes de tráfico que se producen en el mundo se deben a errores humanos como el de este conductor mexicano, que también se metió de lleno en cemento fresco hace poco menos de un año.
Pero, para que los coches autónomos cumplan su promesa, deberán ser mucho más seguros que los conductores humanos. De media, los humanos evitan accidentes el 99,999819% de las veces, por lo menos usando datos de accidentes declarados en los Estados Unidos. Para que los vehículos autónomos sean mejores que los humanos tendrán que llegar al 99,999999% de fiabilidad.
Choca con un coche de bomberos que iba en situación de emergencia
Unn par de incidentes ocurridos el jueves ha provocado la reducción del número de taxis autopilotados en San Francisco. Es probable que los cientos de turistas que han visitado la ciudad californiana durante el verano han visto rodar por sus calles sin nadie detrás del volante, al menos uno de estos vehículos de Cruise, propiedad de General Motors. El Departamento de Vehículos Motorizados (DMV, por sus siglas en inglés) informó la noche del viernes que la compañía ha aceptado reducir a la mitad el número de coches que tiene en circulación en lo que se investigan los choques. Estos accidentes ocurren solo una semana después de que San Francisco ampliara los permisos de circulación a dos empresas de taxis autónomos.
“Cruise no tendrá más de 50 vehículos sin piloto en operación a lo largo del día y 150 durante la noche”, aseguró el DMV en un comunicado publicado la noche del viernes. El departamento ha advertido que se reserva la decisión de retirar a la compañía los permisos de operación si las pesquisas que se están llevando a cabo determinan que estos coches representan un “riesgo irracional a la seguridad pública”.
La noche del jueves, uno de los taxis de Cruise chocó con un camión de bomberos que se dirigía a atender una emergencia. De acuerdo a la explicación dada por la empresa, el vehículo tenía luz verde en una intersección y no pudo detectar a tiempo el autobús, que transitaba en un carril en sentido contrario para saltarse la luz roja del semáforo. En un comunicado, Cruise indicó que los edificios en la esquina de las calles de Polk y Turk bloquearon la visión de las cámaras de la unidad, por lo que no percibieron a los bomberos hasta que estaban a la mitad de la intersección.
“El coche de Cruis identificó el riesgo de colisión y comenzó las maniobras de desaceleración, pero no pudo evitar el choque”, señala el comunicado de la empresa. Estos taxis, indica el comunicado, cuentan también con radares que deben detectar las sirenas de los vehículos de emergencia a su alrededor. “A lo largo de los 4.8 millones de kilómetros recorridos por nuestros vehículos autónomos en San Francisco hemos tenido más de 168.000 interacciones con vehículos de emergencias en nuestros primeros siete meses de este año”, aseguran.
A bordo de la unidad no pilotada iba un usuario, quien fue atendido en ese mismo sitio por los equipos de emergencia y posteriormente fue trasladado a un hospital para ser tratado por lesiones “no graves”. A diferencia de los servicios como Lyft o Uber, no cualquiera puede abordar una de estas unidades. Los usuarios pueden descargar las aplicaciones y después estar en una larga lista de espera (una de estas tiene más de 100.000 personas) antes de poder solicitar un viaje.
El otro incidente se registró esa misma noche a unas cuantas cuadras al sur de la ciudad. Un taxi que iba vacío fue impactado por un coche que se pasó un semáforo a gran velocidad.
Cruise se convirtió la semana pasada en una de dos empresas que recibieron la autorización de los reguladores locales para ofrecer servicio de taxi las 24 horas del día. El permiso no pone restricciones al número de automóviles ni en el kilometraje. La compañía tenía, antes de las colisiones, unas 300 unidades operativas por la noche y unas 100 por la mañana. Esta es solo una pequeña fracción comparada con las más de 10.000 unidades que tienen en la zona Uber y Lyft.
A pesar de los incidentes recientes, San Francisco vive un boom de transporte autónomo. Mientras Cruise es investigada por las autoridades, otras empresas siguen adelante con sus pruebas. Una de estas es Loop, que quiere dar a la ciudad el primer servicio de transporte para grupos pequeños. La compañía ha invitado a algunas personas a vivir las pruebas piloto que están desarrollando en la pequeña Isla del Tesoro, frente a la bahía de San Francisco.
Los pequeños camiones de Loop se mueven a una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora. No son completamente autónomos. En este periodo de prueba, las unidades están tripuladas por un conductor que interviene en situaciones especiales, como la aparición en la ruta de un vehículo de emergencia. De acuerdo con The San Francisco Standard, los habitantes de la Isla del Tesoro están contentos con la posibilidad de tener un nuevo medio de transporte en una región donde la mayoría se ve obligada a caminar o tener un coche propio.