Una nueva jugada de Uber para hacerse con el mercado del taxi
ELDIARIO.ES. LLUÍS BERBEL.- Uber ha cambiado de estrategia y con una planificación clara. Hace tiempo que venimos diciendo que la compañía norteamericana pretende quedarse con el mercado del taxi, como ya lo ha hecho en otros países. Pero aquí de otra manera.
Las grandes empresas de VTC no han sacado sus coches por falta de rentabilidad económica y por lo tanto, Uber se ha quedado sin poder explotar su negocio.
En agosto de este año, Uber y Cabify abandonan la patronal de las VTC, UNAUTO. A la luz pública, solo ha trascendido que fue debido a “desavenencias sobre el rumbo a tomar y diferencias con las empresas pequeñas”.
Uber sigue con su objetivo: apoderarse del mercado del taxi. Lo intenta y ha intentado de formas diferentes desde que entró en España en marzo de 2014. Uber llega a Barcelona con coches y conductores particulares, sin ningún tipo de autorización administrativa y con el paraguas de la economía colaborativa. Las organizaciones del taxi logran parar al gigante norteamericano, quien cambió su política.
Uber no viene a “colaborar”, como viene anunciando con este cambio de rumbo y como ya se ha visto en las primeras guerras que ha mantenido con el colectivo: viene a apoderarse del fondo de comercio del taxi
En el 2015, ante la concesión masiva de autorizaciones de VTC por mandato judicial, Uber aprovechó esa circunstancia para dirigirse hacia ese tipo de vehículos y poder realizar sus servicios a través de ellos. Con precios liberalizados y libertad de movimientos, le hacía la guerra al taxi de forma directa.
Miles de expedientes han sido abiertos. Las administraciones estaban desbordadas, poniendo parches reglamentarios. En abril de 2018 se aprueba la incorporación en la LOTT del 1/30 para afrontar una posible sentencia negativa (que al final no fue) contra el ROTT, impugnado por las grandes empresas de VTC. Finalmente, la sentencia del Supremo reconoció al taxi como un transporte esencial y de interés público que había que preservar.
La administración sigue poniendo parches. Los taxistas hartos de la política de las grandes empresas y aplicaciones de VTC salen a la calle y, gracias a esta presión, en septiembre de 2018 se aprueba el decreto Ábalos que le da competencia a las Comunidades Autónomas y Administraciones Locales para que regulen a los vehículos de alquiler con conductor.
El AMB aprueba un reglamento para regular las VTC en terreno metropolitano pero surge la pandemia y todo lo arrasa. Incluso a las VTC que prácticamente desaparecen de la movilidad. No le sale rentable económicamente a las grandes empresa tener a sus flotas en las calles. Uber sigue persiguiendo su objetivo y a acechar al taxi. Primero adquiere Autocab que dispone de un programa de gestión de flota y comienza a negociar con Free Now. El taxi está en el ojo de la compañía norteamericana ante la debacle de las empresas de VTC.
Ahora Uber quiere trabajar directamente con el taxi. Pero Uber no viene a “colaborar” con el taxi, como viene anunciando con este cambio de rumbo y como ya se ha visto en las primeras guerras que tuvo con el colectivo. Viene a apoderarse del fondo de comercio del taxi (taxistas y usuarios). Y lo deberíamos tener claro todos los taxistas porque va a hacer exactamente lo mismo que hizo Free Now con los taxistas en su día. Primero cobrar comisiones bajas y después incrementarlas, una vez que tiene el mercado.
La entrada de Uber en el taxi va a ser perjudicial para el sector y lo veremos con el tiempo. Uber no trae nada para el sector y solo viene a llevarse el mercado del taxi. Solo podemos responder a esta multinacional con organización del sector y participación del taxi en los centros principales donde se planifique el transporte de viajeros. Así lo hemos solicitado a la Administración central ahora que se está negociando la ley de Movilidad.