Los taxistas de Barcelona urgen a regular una reducción de la flota
* Las organizaciones del sector reclaman que la oferta se ajuste a la demanda, reducida por la Covid-19, mediante un cambio normativo
BARCELONA. LA VANGUARDIA. OSCAR MUÑOZ. El descalabro económico que la crisis de la Covid-19 está provocando en el taxi se suma la dificultad de organizar una flota que, en esta situación excepcional con menos movilidad de la normal, está muy sobredimensionada. Las más de 10.000 licencias activas en Barcelona y su área metropolitana son muchas para el trabajo que hay. Y si no se reorganiza el servicio, septiembre puede ser caótico, advierten las organizaciones del sector. El reinicio de la actividad tras las vacaciones requiere de un marco normativo que adecúe la oferta a la demanda, insisten los taxistas, por lo que reclaman cambios legales que permitan reducir el número de vehículos de manera ordenada mientras dure esta situación excepcional.
La flota se ha podido reducir primero de la mano de las disposiciones de ámbito estatal vinculadas al estado de alarma, que fijaron el servicio en el 20%. Después, en julio, se halló una solución metropolitana mediante una interpretación imaginativa del reglamento, que permitió avanzar los festivos intersemanales de este año y del 2021 de modo que pudo circular el 60% (equivalente a trabajar cuatro días a la semana). Agotada esta vía, en agosto son los propios taxistas quienes han acordado mantener este mismo porcentaje de manera voluntaria.
“No podemos seguir basándonos en una autorregulación, la administración debe fijar las normas, no nosostros, que solo podemos recomendar”, recordó ayer Tito Álvarez, portavoz de Élite Taxi. Esta organización y STAC, Agrupació Taxi Companys, Anget Taxi, PakTaxi y TLU reclamaron por medio de un comunicado difundido ayer cambios legales que pongan orden mientras dure la crisis. “El acuerdo para agosto está funcionando muy bien –celebró Álvarez–, pero, claro, hay muchos taxistas de vacaciones, las cosas en septiembre se pueden complicar”. En condiciones normales, cada día podría circular el 80% de los coches.
El destinatario directo de la reclamación del sector es el Institut Metropolità del Taxi (IMET), al que se le urge a iniciar una reforma de su reglamento para ajustar la oferta a la demanda. “Entendemos que requerirá tiempo porque deben cumplirse unos plazos legales –agregó Álvarez–, pero hay que poner en marcha ya el proceso, y si hace falta, mientras dure, seguiremos autorregulándonos”. Estas entidades advierten de que si el organismo hace “dejación de sus funciones” adoptarán “las medidas que sean necesarias en defensa del sector”.
El IMET ha dejado claro que con el actual reglamento no tiene margen de maniobra para reajustar el volumen del servicio. Y la Generalitat, de la que depende la ley del sector, tampoco. Solo una modificación legislativa o reglamentaria podría permitirlo. Aunque desde el propio ente metropolitano se teme que la restricción del tiempo de trabajo pueda dar pie a acciones judiciales por parte de taxistas disconformes. Por ello hasta ahora ha preferido que el sector se autorregule.
“Estamos sin trabajo, sin ayudas y sin regulación”
Los taxistas soportan la crisis con la sensación de que todo se les viene abajo. “Estamos sin trabajo, sin ayudas y sin regulación”, lamenta Tito Álvarez, portavoz de Élite Taxi. El descenso de los ingresos es descomunal, asegura, del 80% e incluso más. Con estas cifras, deberían poder acceder a las ayudas para autónomos que sufren descensos en sus ingresos de al menos el 75% como consecuencia de esta crisis. Pero, denuncia Álvarez, “no es así, los taxistas quedan fuera porque al cotizar por módulos no pueden acreditar esta caída”. El sistema de estimación objetiva o módulos no obliga a llevar un libro de cuentas por lo que es difícil si no imposible demostrarlo. El informe que hizo el IMET entre marzo y abril que aseguraba que la recaudación cayó un 75% después del estado de alarma no se tiene en cuenta, lamenta este líder del sector.