El fenómeno de los taxistas paquistaníes de Barcelona llega a Madrid
La ordenanza del taxi aprobada en junio de 2021 que elimina el requisito de tener el título de ESO facilita la llegada de paquistaníes de otros puntos de España
En la ciudad condal, los paquistaníes conducen el 20% de la flota, alrededor de 2.000 vehículos
Los tres son paquistaníes. Los dos hermanos vinieron a Madrid después de que en junio de 2021 el Ayuntamiento de Madrid cambiara la ordenanza que regula el taxi. La nueva normativa, que estableció entre otras cosas tasas fijas en los trayectos al y desde el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas a la capital, eliminó el artículo 28.3 d de la anterior ordenanza, que databa de 2012 y que obligaba a los conductores a tener el título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) o equivalente. En el caso de titulaciones obtenidas en el extranjero se debía convalidar, un proceso que podía llevar seis o siete meses y que echaba a muchos inmigrantes para atrás.
En Madrid, según datos del Portal de Transparencia del Ayuntamiento, los paquistaníes ya son el 25% de los conductores de procedencia extranjera con tarjeta en activo, que son un total de 1.084 de los 16.886 taxistas con permiso para conducir en la actualidad. “Cada mes vienen más por el boca a boca”, aprecia Adeel, que junto a su hermano residía en Valencia desde 2013 hasta que dio el salto a Madrid. “Trabajábamos en hostelería, en fábricas…”.
Los paquistaníes trabajan tanto para dueños particulares de licencias de taxi como para flotas, en muchos casos repartiéndose con el propietario del vehículo el 50% de lo ingresado. En Milanuncios hay muchas entradas pidiendo conductores. “Somos nuestros propios jefes. Si trabajas más horas ganas más, y aquí se gana bien. No es como otros trabajos que tienes que cumplir un horario, donde empiezas y terminas cuando te digan”, apunta Bilal, que como el resto prefiere trabajar en el turno nocturno.
En el sector son conocidos por su astucia. Saben dónde están las zonas calientes dependiendo del día. “Se saben todos los horarios. No te los vas a encontrar un lunes en Barajas, saben que la mejor hora es el jueves por la tarde noche, que es cuando llegan más vuelos”, asegura Funez. “Tenemos un grupo de WhatsApp de gente de nuestro país. Somos más de 200. Nos avisamos de dónde hay trabajo o donde hay controles”, confirma Muhammad Adeel, que lleva meses tratando de comprar su propia licencia, pero no ha conseguido el banco que le adelante el dinero que cuesta y que oscila entre los 100.000 y 120.000 euros. “Es muy complicado, no hay manera. Te piden ya tener el 40%”, lamenta.
Muhammad Bilal, con su taxi, en la parada de Ópera, en Madrid./José Luis Roca
Sobre su experiencia conduciendo por la capital, los paquistaníes reconocen que conducir en Madrid es “difícil. Aquí la gente conduce peor, todos te intentan adelantar. Hay que estar con todos los sentidos. Vas por una calle normal y te puedes cruzar una persona de repente, hay que estar siempre alerta”, aseguran. Lo que sí tienen claro es que ir con el taxi es mucho mejor que conducir un VTC. “Ellos igual tienen más trabajo que nosotros, pueden ganar 100 o 150 euros más al día”, admite Bilal, pero “hay sitios donde no pueden parar o no pueden entrar. Con el taxi tienes más libertad y no te tienes que comer tanto la cabeza”.
Por ahora, la convivencia con el resto de compañeros españoles es muy buena, aunque desde la Federación recuerdan que hay que mantener “uniformidad” en la vestimenta, en referencia a que algunos llevan turbante, afirma Funez, que valora positivamente la importancia que le dan a llevar el taxi. “Son muy entusiastas, vienen en algunos casos de la nada, y conducir el taxi es para ellos un motivo de orgullo. Eso es positivo”.