Prisión sin fianza para los tres detenidos por la agresión a un taxista en Oviedo
El Juzgado de Instrucción número 2 ha decretado la medida solicitada por la Fiscalía ante «la gravedad de los hechos, la existencia de indicios sólidos de criminalidad, de riesgo de fuga, de reiteración delictiva y de destrucción, ocultación y alteración de fuentes de prueba»
La Fiscalía solicitaba esta medida ante la «gravedad de los hechos, la existencia de indicios sólidos de criminalidad, de riesgo de fuga, de reiteración delictiva y de destrucción, ocultación y alteración de fuentes de prueba», según indica en la información remitida a los medios.
«Sin perjuicio de que esta calificación pueda modificarse a lo largo de la instrucción del procedimiento, el Ministerio Fiscal considera que los hechos son constitutivos de un delito de robo con violencia e intimidación, con uso de instrumento peligroso, en concurso con un delito de lesiones», añade.
«El susto fue muy grande»
Le asestaron cuatro puñaladas en la espalda, lo amenazaron con una pistola en la cabeza y le causaron diferentes heridas en la cara con el mango de un cuchillo. Todo, para llevarse 600 euros, varias pertenencias personales y un dispositivo electrónico del coche. «El susto fue muy grande». Desde el Hospital Universitario Central de Asturias, el taxista J. F. G., de 66 años, narró a sus allegados, aún con «el miedo» en el cuerpo y marcas «en la cara y en la cabeza», el robo y la agresión que sufrió en plena noche por parte de tres jóvenes en La Tenderina. Huyeron, pero tras horas en busca y captura, la Policía Nacional los detuvo por la tarde en Vetusta.
El suceso comenzó pasadas las 4.30 horas en la parada de Consultas Externas del HUCA. Los dos hombres y la mujer salían de la zona del aparcamiento y preguntaron al profesional si les podía trasladar. El conductor accedió, ya que no tenía ningún servicio programado. «Uno de los jóvenes se sentó en el asiento del copiloto del Toyota Corolla y la pareja en la parte trasera del coche», describió a sus conocidos la víctima. El destino fue el número 1 de la calle Rayo. Al llegar comenzó la pesadilla, por fortuna grabada en todo momento por las cámaras de seguridad del vehículo. Le pidieron todo el dinero que llevaba encima y «en ningún momento se negó». Les dio 600 euros; la recaudación del día y lo propio. También se apoderaron de su teléfono móvil, las tarjetas del banco, las llaves de casa y del taxi, así como del dispositivo electrónico que permite a los profesionales recibir los avisos y estar geolocalizados, detalló el propietario del taxi, J. M. L. L. Para amedrentarlo «le pusieron una pistola en la cabeza, aunque en ningún momento se negó a dar el dinero», añadió.
La recaudación y el resto de bienes no fueron suficiente para los agresores. Los tres jóvenes sacaron al conductor del coche por la puerta copiloto, lo tiraron al suelo y lo dejaron malherido antes de huir.
En este intervalo, entre las primeras amenazas y la agresión, la víctima logró reaccionar. Pulsó en varias ocasiones el pedal de auxilio para alertar a sus compañeros del peligro que corría. Cuando la centralita recibió la notificación, intentó contactar con él. Se lo oía «muy bajo»; apenas se descifraba lo que ocurría. El telefonista, como no se quedó tranquilo, avisó a los compañeros y estos se acercaron hasta el número 1 de la calle Rayo. Tardaron muy poco en llegar. Allí se encontraron, en el suelo, al trabajador malherido, lleno de sangre, con heridas en la espalda, cara y cabeza. El coche también presentaba «daños en una puerta al tener doblada la pestaña».
«Estamos geolocalizados en todo momento y tenemos cámaras»
Para entonces un vecino ya había telefoneado a los servicios de emergencias. La Policía Nacional registró la llamada a las 4.55 horas y varias patrullas se desplazaron inmediatamente a esa calle de La Tenderina. También participaron en el operativo agentes de la Policía Local y una UVI móvil. Los sanitarios practicaron una primera exploración al taxista en la calle Rayo. Constataron que presentaba una fractura de la nariz y lesiones en la espalda.
Pese a esto, la víctima accedió a pie a la ambulancia, que lo trasladó al servicio de Urgencias; a escasos metros de donde había iniciado la carrera. El personal sanitario lo sometió a numerosas pruebas para determinar el alcance de las lesiones y quedó ingresado. Fue el propietario del vehículo, su jefe, quien dio la noticia de la agresión y del robo al hijo y la pareja de la víctima. Tras unas horas de espera en Urgencias, J. M. L. L. pudo charlar con la víctima. Durante esa visita le contó el calvario sufrido.