El Eixample concentra el 73% de los cruces con más accidentes
Los puntos negros de Barcelona
Video explicativo de la información.
BARCELONA. ELPERIODICO. CARLOS MARQUEZ DANIEL.- Al ayuntamiento no le gusta hablar de puntos negros. Prefiere la expresión puntos de concentración de accidentes porque es menos lesiva ante la labor de la Guardia Urbana y aporta algo más de esperanza de cara al futuro. El recuento de estos cruces en los que se producen más de 10 accidentes al año aporta una de cal y otra de arena, optimismo y realismo a partes iguales. Barcelona ha reducido de 50 a 37 el número de zonas conflictivas, pero 27 de estas peligrosas intersecciones (el 73%) se concentran en el Eixample, el distrito con mayor densidad de tráfico.
La confluencia entre paseo de Gràcia y Diagonal es el lugar de la capital catalana con mayor probabilidad de presenciar un choque. La plaza de Juan Carles I, el cinc d’oros o el llapis, como prefieran, fue escenario el año pasado de 35 accidentes, ocho más que en el 2009. A escasos 250 metros, a la altura de Balmes, se encuentra el segundo punto negro de la ciudad, con 29 accidentes, 12 más que en el ejercicio anterior. Se hace inevitable preguntarse cómo cambiarían estas inquietantes cifras si el alcalde Jordi Hereu hubiera logrado sacar adelante la reforma de una avenida que la ciudadanía optó por dejar en tareas pendientes.
Concentración “normal”
Manuel Haro, jefe de la unidad de accidentes de la Guardia Urbana, considera «normal» que el Eixample concentre la mayoría de zonas peliagudas. Al fin y al cabo, es una cuestión de probabilidad: más coches circulan, más opciones de sufrir un percance.
Los puntos de concentración de accidentes se redujeron el año pasado de 50 a 37 después de que en el 2007 se alcanzara la cifra récord de 69 cruces con más de 10 siniestros. El dato da para descorchar una botella de cava -siempre teniendo en cuenta que detrás de cada choque se esconde seguramente un drama particular-, pero sorprende que las cuatro bifurcaciones más peligrosas hayan aumentado su índice de siniestralidad. A los dos cruces ya detallados, habría que añadir Balmes-Gran Via (24 choques por 21 del 2009) y Aragó-paseo de Gràcia (21 siniestros, 11 más que el año anterior). En ese trapecio que forman en el centro del Eixample, estas cuatro vías principales de la ciudad contemplaron 109 accidentes por 75 del ejercicio precedente.
Gran Via, al frente
Gran Via es la calle que más aparece en el listado de puntos negros al que ha tenido acceso este diario. Los cruces con Entença, paseo de Gràcia, Roger de Flor, Roger de Llúria, Girona, Marina, plaza de la Universitat, Pau Claris, Calàbria y el ya citado de Balmes la convierten en la vía más aparatosa para la circulación. Los giros a izquierda y derecha desde los carriles centrales de esta arteria, junto con el carril bici que discurre por las aceras, han generado repetidos conflictos con los viales laterales. Le siguen la Diagonal, con seis intersecciones comprometidas; el paseo de Gràcia, con cinco, y Balmes, con tres. Si echan una ojeada al mapa, más allá de que da la sensación de que unos puntos alimentan a los otros, comprobarán que en una superficie de casi tres kilómetros cuadrados se concentran 21 de las 37 zonas de conflicto.
Aunque pudiera parecer lo contrario, las rondas solo aparecen en dos ocasiones, con 10 accidentes en los kilómetros 11,5 y 11,8 de la Ronda Litoral, a la altura del Morrot, cuando la vía ejecuta una sinuosa curva hacia un túnel. Del resto de la lista, sorprenden los 18 siniestros de General Mitre con Lázaro Cardenas, zona en obras cercana a Via Augusta, y las dos menciones al Paral·lel, en su confluencia con Calàbria (15) y Comte de Borrell (10), donde en los últimos siete años nunca se pasó de la decena de choques. Un carril bici poco visible puede tener la culpa.
En los últimos siete años, la policía local ha detectado 223 puntos negros. Se han eliminado 186. Quedan 37. Y un año por delante para que el ayuntamiento los considere zonas de erradicación de accidentes.