El STAC en contra, nuevamente, que las motos puedan ocupar el carril del taxi
BARCELONA. EL PERIODICO. CARLOS MÁRQUEZ DANIEL.- El sector del taxi ya se ha manifestado en más de una ocasión en contra que las motos ocupen el carril bus-taxi. Primero fueron diferentes mociones ante el Plenario Municipal, realizadas tanto por Convergència i Unió (CiU) como por el Partit Popular para que las motos pudieran pasar por el carril que tiene el transporte publico.
Ahora son las propias asociaciones moteras las que están presionando para que se realice esa petición. Desde el STAC, en representación del sector del taxi reitera su oposición a que se autorice que las motos ocupen el citado carril.
Ahora parece que que el ayuntamiento aceptaría llevar a cabo un estudio para comprobar si es viable que las motos usen el carril bus-taxi. Si no se trata de un farol o una promesa que el viento y el final de mandato se llevarán, el equipo municipal está a punto de plantearse algo que nunca se ha avenido siquiera a dialogar, hasta que la amenaza de una manifestación motera torció el brazo. Ahora, con todo por escribir, las bicis se unen al debate y lamentan que el ayuntamiento se centre en «la velocidad de las motos» y olvide «la seguridad de los ciclistas».El acuerdo alcanzado el lunes entre la Asociación Mutua Motera y los responsables de Movilidad dejó satisfechas a las dos partes. La ciudad se libraba de la manifestación convocada para el viernes en la plaza de Espanya, con la asistencia confirmada de unas 700 personas, y los motoristas arañaban el compromiso de no cerrar las puertas al uso del vial destinado al transporte público. A la vista de este renovado idilio, Albert García, portavoz de la Coordinadora Catalana de Usuarios de la Bicicleta (CCUB), lamentó ayer que el ayuntamiento «solo dé beneficios a las motos» y reclamó más medidas para proteger a los ciclistas. «La única explicación de esta petición es que las motos avancen aún más rápido por la ciudad, como ya hacen usando ilegalmente el carril bici para llegar al semáforo», censura García.
Similar opinión aportó Ricard Riol, presidente de la asociación Promoció del Transport Públic, quien añadió inquietudes técnicas contra la iniciativa. Consideró que el carril ya está «muy saturado» de taxis y que permitir el paso de las motos «lo colapsará aún más, de manera que entrará en contradicción con el deseo municipal de dar mayor agilidad al transporte público».EL TAMAÑO SÍ IMPORTA / Riol sumó a su tesis los riesgos que comporta colocar en el mismo lugar una moto y un autobús. Concretó que es un «riesgo para el motorista» porque el vehículo de TMB tiene «una masa muy superior» y advirtió de que las maniobras «imprevisibles de las motos» podrían forzar al conductor de un bus a «frenar precipitadamente y provocar la caída de algún pasajero».Quizás la solución esté en lo que propuso en julio el presidente del RACC, Sebastià Salvadó, cuando instó a dejar las cosas como están, esto es, que las motos usen el carril bus sin necesidad de legislar. «La situación actual de permisividad es el mejor contexto posible», resumía.