Taxistas ‘enchufados’ que trabajan menos
Madrid. El País.- Son los profesionales pioneros del coche eléctrico. Medio centenar de taxistas españoles han reemplazado sus viejos vehículos humeantes por la limpieza de los modelos con baterías. Nunca imaginaron que aquella decisión cambiaría tanto su vida: se han convertido en apóstoles de la electromovilidad. Hablamos con tres de ellos en Madrid, Valladolid y Barcelona.
“Lo que más valoro es no madrugar, asegura Antonio Berzal, 42 años, mientras carga su coche gratis en un poste rápido de un concesionario del centro de Madrid. “Mi vida ha cambiado porque ahora me levanto más tarde para cuadrar la carga de las baterías a mediodía. Eso conlleva dormir una hora y media o dos más, y parece que no, pero uno se levanta mejor y no llega tan cansado por la noche”.
Todo empezó hace 16 meses y 60.000 kilómetros. Berzal conducía por Madrid su veterano Seat Altea XL con ocho años y medio y 420.000 kilómetros hasta que un día se le paró. El veredicto del taller no admitía dudas: “Cuesta más arreglarlo de lo que vale”. Y aunque entonces se llevó un disgusto, ahora está encantado:”Había oído hablar de los coches eléctricos en mi concesionario y al final me decidí y salí de allí con uno de ellos. Hasta hoy. Me gusta mucho la comodidad al conducir, es muy suave, no hace ruido…”.
¿En qué más ha cambiado su vida?
“Lo que ahorro en gastos lo empleo en tener más tiempo libre, no trabajar tantas horas… Antes estaba unas 12 trabajando y ahora ocho, nueve o diez los días que más. Hacía entre 250 o 300 kilómetros, y ahora de 220 a 240”.
¿Y salen los números?
“Sí. Antes, solo en gasóleo, eran 400 euros al mes y ahora son 100 de luz. El seguro también es más barato, me ha bajado de 1.000 a 600 euros, no pago aparcamiento regulado, ninumerito del ayuntamiento. Y tengo un acuerdo de mantenimiento gratuito con el taller a cambio de publicidad en las puertas”.
¿Cómo es su jornada habitual?
“Salgo de casa entre 7.30 y ocho con las baterías del coche cargadas en un terminal que me han puesto en el garaje de la comunidad. Trabajo hasta las 12.30, unos 110 o 120 kilómetros, y me acerco al concesionario de Nissan para volverlo a cargar. En media hora las baterías están otra vez al 80%. Mientras, he aprovechado para comer algo. Y tiro otras cuatro o cinco horas más. Después voy a casa y lo dejo cargando hasta el día siguiente”.
¿Que echa en falta en su coche?
“Si tuviera más autonomía estaría mejor, pero me he acostumbrado a trabajar así y es cómodo”.
¿El próximo taxi será también eléctrico?
“Si, prácticamente seguro que sí”.
El más antiguo, en Valladolid
Roberto San Martín tiene 47 años, trabaja en Valladolid y es el pionero de los taxistas enchufados en España. “Me decidí porque había un poste de carga rápida en un concesionario de la ciudad y pensé: ‘Si tengo un apuro siempre me puedo acercar para poder llegar a casa’. Ahora hay ya 39 puntos de carga en la provincia y otro rápido en Palencia”.
Roberto conducía antes un VW Touran TDi con cambio automático DSG: “Tenía 320.000 kilómetros y el gasoil costaba entonces 1,20 euros el litro. Nadie se imaginaba que ahora estaría a 0,90, pero aún así los números siguen saliendo. Antes me gastaba más de 300 euros al mes en combustible y ahora cada 50.000 kilómetros recorridos me ahorro unos 5.000 euros. Y llevo ya 210.000 kilómetros en el contador. Además, el coste de mantenimiento es muy bajo: “Tengo una revisión cada 30.000 kilómetros que me cuesta unos 100 euros por cambiar el filtro del aire acondicionado, el líquido de frenos y echar un vistazo general. Pero no hay cambios de aceite o filtros, que antes tenía que hacer cada 15.000 kilómetros, ni correas de distribución… Y como el 95% de las veces que se frena, el coche se para invirtiendo el alternador para recargar las baterías, llevo todavía las pastillas originales a medio uso. ¡Así que les quedan otros 200.000 kilómetros más! Y como circulo casi siempre en ciudad y a baja velocidad, las ruedas me duran 100.000 kilómetros”.
¿Qué ha cambiado el taxi eléctrico en su vida diaria?
“Sobre todo los horarios, porque están condicionados por la recarga de las baterías. Yo salgo de casa a tope a las 7,30 de la mañana, algunas veces hago una recarga rápida a media mañana, y vuelvo a comer a las 14.30. Después me echo una siesta de dos o tres horas mientras recargo. Y a las seis vuelvo a salir hasta las dos o tres de la madrugada. La diferencia es que antes metía 14 horas seguidas y hacía jornadas interminables a lo bestia. En este sector hay muchas horas muertas que ahora aprovecho para cargar y descansar, ¡sobre todo en verano!: a ver quién sale con el calor que hace a las cinco de la tarde”.
¿Qué es lo que más le gusta de su coche?
A la hora de conducir son mucho más cómodos y relajados, sobre todo si se usan diez horas seguidas. Además, te cambian el chip para conducir de manera más eficiente porque, como en cuanto les pisas un poco te baja la autonomía, te picas para ser más suave y sacarles más kilómetros”.
¿Su próximo taxi será también eléctrico?
Por supuesto. Me han gustado siempre mucho los coches, pero ahora aborrezco los de combustión. Y cuando cambiemos el de mi mujer compraremos otro eléctrico para ella.”
La ciudad con más taxistas enchufados
Carles Casanovas tiene 51 años y es otro convencido de los taxis eléctricos. Trabaja en Barcelona, la ciudad de España donde circulan en mayor número y con emisora propia: Taxi Ecològic. “Tenía claro que el coche eléctrico iba a ser el futuro y quería demostrar al sector que son viables. Llevo 18 años en el taxi y dos con uno eléctrico”.
¿Qué es lo que más le gusta del cambio?
“Por un lado la calidad de vida que he ganado, y también que es más descansado de conducir. No he vuelto a hacer más jornadas inhumanas de 12 horas sin parar. Con los eléctricos consigues la misma rentabilidad trabajando menos, porque el combustible y el mantenimiento son mucho más baratos”.
¿Hay tanta diferencia?
“En mi caso, sí. Sólo en gasóleo estoy ahorrando 1.800 euros al trimestre. Tengo una tarifa supervalle de luz y por 1,70 euros como máximo -si llego a casa seco- recargo las baterías y puedo hacer unos 120 kilómetros. Esto supone unos 30 euros al mes descontando los días libres. Además, al no llevar aceite ni filtros, gasta menos neumático, etc. Y los gastos de mantenimiento son de risa: en 95.000 kilómetros he pagado 54 euros por cambiar el filtro del polen y otros 100 en neumáticos”.
¿Cómo es su jornada laboral?
“Empiezo a las cuatro de la mañana y suelo llevar pasajeros al aeropuerto, pero no espero allí. A las ocho hago mi primera recarga en un poste rápido y me quedo ya por el área metropolitana. Y como me sale gratis circular, puedo moverme por la ciudad y trabajar más que si estuviera en la cola de la parada. A veces, hago una segunda recarga rápida, pero lo habitual es que a media tarde me vaya a casa”.
¿Qué ha sido lo más negativo de su experiencia con un taxi eléctrico?
“Después de ocho años en mi compañía de seguros no me quisieron asegurar el taxi por ser eléctrico. Pero lo más sorprendente ha sido la postura de AENA, que a pesar de habérselo pedido en repetidas ocasiones, se niega a instalar un poste de carga en el aeropuerto de Barcelona. ‘Ni lo ponen ni lo van a poner’, dicen”.