Los taxistas ganan la batalla a Uber en Bruselas (pero no la guerra)
Barcelona. IMET.- El servicio abandonará la intermediación directa entre conductores y usuarios, pero continuará utilizando las licencias de Vehículo de Transporte con Conductor, que también existen en España
- Uber sólo renuncia a su sistema directo de relación entre conductor y viajero, el corazón de su funcionamiento y de su ética
- Muchos conductores a tiempo parcial y taxistas nos han dicho que quieren trabajar como autónomos en nuestra plataforma uberX
- Necesitamos más de estas empresas y ofrecer incentivos para que nuestros emprendedores piensen de manera global desde el primer día
Uber deja Bruselas, pero sólo parcialmente. Desaparecen los coches que circulan apoyándose en su sistema UberPop, los que se gestionan mediante el sistema P2P, es decir, mediante una intermediación directa entre iguales. Entre el conductor y un usuario que quiere desplazarse a algún punto de la ciudad. Una retirada táctica de la plataforma electrónica a partir de la noche de hoy miércoles desde las 23:59, lo que no quiere decir que se rinda en la guerra de la movilidad.
De momento los tribunales se imponen, los taxistas ganan su segunda batalla tras la sentencia favorable del 23 de septiembre y la startup que mueve a miles de personas por Europa da marcha atrás. UberPop tenía que dejar de funcionar en Bruselas el lunes 19 de octubre. Los responsables de la compañía han adelantado unos días la decisión, pero anuncian que recurrirán el fallo.
Ni piensa hacerlo. Sólo renuncia a su sistema directo de relación entre conductor y viajero, el corazón de su funcionamiento y de su ética, porque “era inevitable tras la reciente decisión judicial”. Y eso que la compañía reconoce en su carta de despedida parcial que acabar con Pop tendrá un impacto en miles de personas de la capital comunitaria.
Bruselas es hoy en día la segunda ciudad más congestionada de coches en Europa occidental. Avenidas como Rue de la Loi, la arteria de su barrio europeo donde tienen su sede las instituciones de la UE, sufren atascos diarios de tráfico por conductores que no renuncian a su vehículo para ir a trabajar. En su carta al gobierno belga, Uber denuncia esta situación y critica que ahora muchas familias se vean privadas de unos ingresos adicionales, pues la capital comunitaria tiene un 20% de paro.
“Muchos conductores a tiempo parcial y taxistas nos han dicho que quieren trabajar como autónomos en nuestra plataforma uberX”, explica la compañía en su misiva. Por eso ahora apostará por impulsar su sistema que funciona con licencias de circulación, las VTCs nacionales. Los Vehículos de Transporte con Conductor existen en España, Francia o Reino Unido. Cada país es flexible a la hora de entregarlas a los particulares, al margen de los taxis.
Estas licencias tienen mayor o menor regulación y dificultad de obtención pero son personales, no están vinculadas al coche. En Inglaterra se requiere una formación y unas características en el vehículo para conseguirla. El conductor que la posee puede operar y transportar a pasajeros, en su coche o en otros. UberX funciona con este sistema y ahora será el modelo en Bruselas.
En la medianoche de este miércoles al jueves los pasajeros que quieran un Uber deberán recurrir a este sistema. Sólo será necesario que el conductor posea “un número de IVA y ya estará sujeto a las mismas contribuciones a la seguridad social, al pago de impuestos sobre su renta y las mismas obligaciones que un taxista autónomo”, reconoce Uber. Eso sí, poseer esa licencia cuesta 37.671 euros en Bruselas.
Obtener una licencia VTC es complicado porque el mercado no es libre como en Reino Unido o Francia. El ROT, el Reglamento de Ordenación del Transporte Terrestre, establece que por cada 30 licencias de taxis sólo puede haber una VTC, lo que restringe el mercado y las facilidades para acceder a UberX. Por eso, toda Europa tiene productos de Uber menos España, independiente de los procesos judiciales abiertos.
El Tribunal Mercantil de Madrid número dos inició un proceso contra UberPop y decretó su suspensión cautelar a finales del 2014 al estimar que existía competencia desleal, como había denunciado la Federación Madrileña del Taxi. Acto seguido, se interpuso una demanda similar en un juzgado de Barcelona pero, en este caso, el magistrado catalán consideró que no tenía elementos suficientes y elevó sus dudas al Tribunal de Justicia Europeo.
Con sede en Luxemburgo, la institución garantiza que las leyes comunitarias se cumplen por igual en toda la Unión y la consulta que recibió fue sencilla. ¿Es Uber una compañía de intermediación digital o una de transportes? Su petición ha provocado las dudas del juzgado madrileño, que también se plantea elevar la cuestión a Europa.
Y además Uber ha contraatacado a los taxistas, pidiendo que la Comisión clarifique si existe libre competencia y se respeta el mercado común entre Francia, España y Reino Unido. Bruselas ha enviado una carta al gobierno español para que clarifique antes del 18 de este mes si se cumplen estas libertades económicas.
El desafío de Uber en todo el continente no está sólo en las calles, también en los despachos oficiales. Hace unos meses, Carlos Moedas, el Comisario para Ciencia e Innovación destacaba la necesidad impulsar a las start-ups y más si eran tecnológicas. Citaba a Uber pero también a Dropbox, el disco duro en la nube usado ya en empresas como un auténtico servidor donde sus trabajadores suben archivos.
“Spotify, Shazam o Rovio”, añadía el comisario portugués, “están mostrando a todo el mundo de qué trata una innovación perturbadora”. Moedas se refería a nuevas empresas que desembarcan en nichos empresariales y rompen los usos tradicionales. “Necesitamos más de estas empresas en todos los sectores y tenemos que ofrecer los incentivos para que nuestros emprendedores piensen de manera global desde el primer día”, según el responsable de la Innovación en la Comisión Juncker.
Presente en 60 países, Europa es uno de los negocios más importantes de Uber, que está en la mayoría de las capitales. En total, 20 Estados con destinos tan nórdicos como Suecia, donde opera en dos ciudades, o en las fronteras orientales de la UE como Rumanía o Hungría. Hasta por 46 ciudades europeas circulan los coches registrados en la plataforma electrónica, sean en su modalidad UberPop o en la UberX incluyendo todas las capitales menos, eso sí, las dos grandes ciudades españolas.
Francia es el gran estandarte con nueve localidades y París a la cabeza con cerca de 10.000 conductores. En el este de Europa y en los países nórdicos el sistema UberPop sigue funcionando a pleno rendimiento mientras que ha perdido fuerza en el resto de grandes mercados. En Alemania, UberPop está prohibida desde el 2014 pero existe UberTaxi, una aplicación que funciona como un taxi convencional. El usuario tiene una cuenta online y paga a través de ella los servicios normales de un taxi. Los enemigos en muchos campos de batalla colaboran en el germano para encontrar ingresos.
El trasfondo de esta evolución es clara. Uber trata de adaptarse a las normas y regulaciones nacionales y apuesta. Renovarse o morir, un lema que lasstartups, las empresas de tecnología y de la nueva economía electrónica conocen a la perfección.