Uber pide a Competencia que reconozca el lucro de los intermediarios en la economía colaborativa
04.02.2015.- La plataforma de transporte de viajeros por parte de conductores particulares Uber se ha dirigido a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para reclamarle que reconozca el papel de los “intermediarios” en el desarrollo normativo de la nueva economía colaborativa y la posibilidad de que se lucren con su actividad.
Uber realiza esta petición en un escrito remitido al regulador como parte de la consulta pública para el estudio de una regulación para este tipo de actividad económica, en la que también han participado las asociaciones de taxistas con aportaciones en las que se tacha de “tóxica” e “ilegal” la plataforma estadounidense.
Uber se muestra de acuerdo con el acercamiento de la CNMC al nuevo concepto de economía colaborativa, pero considera que, en lo referido a la movilidad urbana, “no ha cubierto con suficiente profundidad” la complejidad del asunto.
La demanda de movilidad aumentará en los próximos años y es necesario regular la actividad de nuevas empresas que ofrecen servicios a partir de Internet, conocidas como Technology Network Companies (TNC), indica Uber, que desea ser incluida en este grupo.
Como parte de esta tendencia, debe abordarse una previsible competencia entre “intermediarios”, que redundará en beneficio de los consumidores al provocar una presión a la baja en los precios. La economía colaborativa “no solo debe consistir en compartir costes”, sino que también debe permitir a los conductores usarla como fuente de ingresos.
Frente a estos argumentos, las agrupaciones de taxistas Fedetaxi, Confederación del Taxi de España (CTE) y Unión Nacional del Taxi (Unalt) han remitido un documento conjunto a la CNMC con su posición acerca de la economía colaborativa, en el que se muestran a favor de estas nuevas actividades.
“Como ciudadanos y como taxistas estamos totalmente a favor del consumo colaborativo en su vertiente de transporte colaborativo, siempre que ello implique la ausencia de ánimo de lucro en la prestación de dicho transporte, pues en el momento en que aparece este ánimo de lucro ya no nos encontramos ante transporte colaborativo, sino ante transporte profesional”, afirman.
Ante esta circunstancia, se muestran “absolutamente en contra de que el Estado permita o posibilite la irrupción de negocios que aprovechan el amparo que ofrece la aún difusa denominación de transporte colaborativo para, pervirtiéndolo, hacer del mismo una actividad económica más de falso transporte colaborativo”, señalan.
Los taxistas aluden explícitamente a Uber y a “su ilegal servicio Uber Pop”, a los que inscribe en la “economía sumergida y actividad tóxica para los consumidores, la sociedad en su conjunto y para el sostenimiento del Estado”.
“El modelo de negocio de Uber Pop no es consumo colaborativo”, sino “una actividad económica, mercantil y con ánimo de lucro, idéntica a las de las otras apps y radioteléfonos de taxis tradicionales, que se prevale de la infracción de las leyes de fiscalidad, consumo, seguridad social, laborales, seguridad vial y transporte profesional, para obtener una ganancia ilícita”, afirman.