Los taxistas de Londres, tampoco quieren a Uber
Amenazan con colapsar las calles si las autoridades no prohíben la aplicación de transporte entre particulares
MADRID. EL PAIS.- Uber tampoco gusta a los taxistas londinenses. La aplicación de transporte urbano entre particulares se ha extendido por la capital inglesa y el gremio ha solicitado su ilegalización, en este caso, con el argumento de que los conductores de Uber utilizan una aplicación en el teléfono para calcular las tarifas, cuando es ilegal que los vehículos privados lleven taxímetros.
La autoridad del Transporte se ha negado a intervenir porque no le convence el argumento, por lo que la LTDA, principal asociación de taxistas, ha anunciado una concentración de vehículos para principios de junio, que colapsará la ciudad.
Uber, presente en más de 100 ciudades de 35 países, se ha enfrentado a problemas burocráticos y de competencia en ciudades como París, Bruselas, Berlín, Sidney, Washington y San Francisco, de donde es originaria y recientemente en Barcelona, donde la Generalitat ha abierto expediente informativo.
La aplicación Uber conecta al viajero con el conductor privado -registrado y aprobado por Uber- más cercano. La tarifa se fija en el momento de la petición, sin recargos, pero en función del tráfico que haya. El 20% se lo queda Uber, que envía al viajero el nombre y la foto del conductor antes de llegar.
“Esto no es una sociedad filantrópica “, ha declarado el portavoz de los taxistas londinenses. “Es un monstruo de América que no tiene reparos en violar cualquier ley en la búsqueda de beneficios, la mayoría de los cuales nunca pagarán ni un centavo de impuestos en el Reino Unido”.
En Bruselas, una denuncia dio lugar a que la Justicia estableciera 10.000 euros de multa para los conductores Uber que recogieran clientes sin las licencias pertinentes. En el caso de Francia, el Gobierno aprobó una ley especial obligando a esperar 15 minutos antes de recoger al viajero. El Tribunal Supremo tumbó la ley por anticompetitiva, y ahora el Gobierno trata de impedir el uso del GPS.
Sin embargo, Uber tienen el apoyo de la Comisión Europea, al menos de su vicepresidenta Neelie Kroes, que ha declarado que su personal desplazado lo emplea siempre para “ahorrar dinero a los contribuyentes”.