La subida del petróleo pone al sector del transporte contra las cuerdas
BARCELONA. LA VANGUARDIA. AINTZANE GASTESI.- La escalada de los precios de los combustibles, especialmente del gasóleo, que se ha disparado un 24% en un año, pone contra las cuerdas a un puñado de sectores cuyo principal coste es rellenar el depósito. Transportistas de carga y de pasajeros, taxistas, agricultores, aerolíneas, mensajeros y empresas de logística integran potentes sectores en un país que, básicamente, todavía se mueve por carretera.
Según las patronales del sector del transporte, el 85% de las mercancías y el 60% de los pasajeros de transporte público se trasladan movidos por gasóleo, lo que los hace extremadamente sensibles a las subidas del petróleo. La escalada de precios también afecta seriamente la estructura de costes del sector aéreo, de los taxistas y ganaderos y agricultores, atrapados entre el fuerte incremento del combustible y la debilidad de la demanda.
Carreteras privativas. “La situación es mucho más grave que en el 2008, porque entonces el auge de los precios del combustible llegó en un momento en que el consumo y la actividad estaban a pleno rendimiento”, asegura Evaristo Magaña, presidente de la asociación de transportistas catalanes Astac Condal, que ha analizado la escalada del petróleo en una junta extraordinaria.
Evaristo Magaña recuerda que en el 2008 el sector se movilizó en unas protestas que paralizaron el transporte por carretera durante tres jornadas. Magaña asegura que en los últimos tres años han desaparecido 40.000 tarjetas de transporte en el sector, un 15% del total de empresas.
De momento, no se plantea convocar movilizaciones como en el 2008, pero tampoco las descarta si la situación del alza de precios se prolonga. “El problema es que el sector está muy atomizado, mientras que los cargadores (compañías de distribución) son grandes grupos, con lo que la capacidad de negociación es limitada”, dice un portavoz de la Confederación Española de Transportes de Mercancías (CETM). Los transportistas denuncian que a pesar de que el precio del combustible se ha incrementado un 25%, las cláusulas de revisión de tarifas no se están aplicando, mientras sí se aplicaron cuando los precios regresaron a su cauce tras las fuertes subidas del verano del 2008.
En desventaja frente al tren. El autobús tiene un tráfico anual de 1.200 millones de pasajeros anuales en España, mucho más que cualquier otro medio de transporte interurbano. En la última revisión de tarifas, a finales de año y con el gasóleo ya al alza, el sector solicitó poder cobrar los billetes un 6% más caros. “Pero el ministerio sólo aprobó una subida del 1,7% mientras que el tren subió cerca de un 3%”, lamenta Rafael Barbadillo, secretario general de la patronal Asintra. “Las subidas de los costes llegan en un momento duro del sector, que arrastra unas caídas anuales de pasajeros del 16% en el 2009 y el 2010”, asegura Barbadillo. Además, la rebaja de precios de Renfe anunciada el viernes por el Gobierno supone un agravio comparativo. “No nos permiten subir tarifas y por otra parte subvencionan los billetes de Renfe”, lamenta el representante del sector.
Gastos extra de 1.164 millones. Por el contrario, el sector aéreo ha empezado a repercutir los costes. Las compañías tradicionales incrementan su recargo de combustible entre 2 y 10 euros en el caso de Iberia o hasta 30 euros Air France o Finnair. En cambio, las low cost se resisten a aumentarincrementar sus tarifas. “La situación de una aerolínea en momentos de picos de precio depende de su capacidad para adquirir coberturas”, explica Sonia Jerez, directora financiera de Vueling. Las coberturas son contratos bancarios en que las aerolíneas pactan precios a futuro, con máximos de un año vista. Normalmente, las aerolíneas se aseguran un precio medio de entre el 60% y el 70% de sus compras de carburante. “Con el petróleo por encima de los 100 dólares, las compañías que no tienen coberturas tienen graves problemas”, aseguran fuentes del sector. El carburante supone entre un 20% y un 40% de los costes de las aerolíneas. Esta misma semana, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) avisó de que las aerolíneas tendrán costes adicionales de 1.164 millones de euros por cada dólar de incremento del petróleo. “2011 se perfila como un año difícil para la industria del transporte aéreo”, apuntó la patronal aérea, que el próximo miércoles revisará sus perspectivas de beneficios, que estimaba en 6.626 millones para el 2011 sobre la base de un promedio de 84 dólares por barril.
Cereales de oro. El sector agrario se encuentra también en un momento delicado, al que se suma el incremento del precio del combustible. Los sectores más afectados son el cereal, cuya recolección consume grandes cantidades de combustible; el aceitero y el lechero, que arrastran dos años de ventas por debajo de costes, así como la ganadería por el precio de los piensos. “Los costes están por las nubes, pero los precios vienen fijados de fuera; es una auténtico desastre que se suma a una larga temporada de precios de origen a la baja”, explica Alejandro Domingo, de Unió de Pagesos. Aunque quienes pudieron guardar en silos la producción del verano hoy venden con excelentes ganancias gracias a la combinación de combustible barato y cereales al alza. “Sin embargo, la mayoría estamos perdiendo dinero”, aclara Domingo. Llenar el depósito de un tractor es 60 euros más caro que hace un año, según los cálculos de Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag), que ha pedido al Gobierno medidas fiscales favorables para el combustible agrario.
Los taxistas cambian de coche. Los taxistas aseguran que la única vía para mantener el negocio es reducir costes de combustible, que suponen un 10% del total. En Barcelona, según Luis Berbel, presidente del sindicato de taxistas STAC, la última revisión de tarifa –calculada anualmente cada mes de septiembre– permitió incrementar los precios un 3,2% tras un año congelados. “El problema es que no podemos cobrar más y lo que intenta el sector es reducir los costes”, asegura. En los últimos dos años, 1.100 vehículos del parque de taxis de Barcelona se han renovado y la mayoría ha cambiado los vehículos de gasóleo por híbridos o a gas, “lo que puede suponer un ahorro de costes de hasta el 50% en combustible”, afirma Luis Berbel.