La facturación de los taxis baja un 50% en los tres últimos años en Tarragona
* Los conductores trabajan 15 horas al día para llegar a final de mes. Algunos se han buscado un empleo adicional
TARRAGONA. DIARI DE TARRAGONA. RAÚL COSANO.- El negocio del taxi en la provincia ha descendido un 50% en los tres últimos años, fundamentalmente por efecto de la crisis. Los responsables del gremio en Tarragona reconocen pasar por un momento extremadamente delicado. Sacarse un sueldo al mes se ha convertido en toda una odisea, sólo al abarcable a base de aumentar las horas de trabajo.
La mayor parte de conductores realizan jornadas laborales de 14 ó 15 horas, de las que sólo unas tres son de trabajo real, o sea, de conducción. El resto son esperas. «Muchos días te tienes que quedar dos o tres horas más hasta hacer la recaudación. Hay gente que está 18 horas. Si antes en la parada tardabas 15 minutos en coger al siguiente viajero, ahora igual te tienes que esperar dos horas. Estás mucho tiempo, pero conduces muy poco», cuentan desde la Asociación de Radiotaxi en Cambrils. «Ésta ha sido siempre una profesión de hacer horas pero antes con 10 te ganabas la vida y ahora tienes que hacer 15. Igual te tienes que esperar una hora y media en la parada», cuenta Sergi Marquès, representante del sector en Tarragona ciudad.
‘Lo estamos pasando mal’
«Ya llevamos años arrastrando la crisis. Aproximadamente el negocio ha bajado hasta un 50% en los tres últimos años. Lo estamos pasando muy mal. Estamos en unos números ajustadísimos que pueden hacer que algunos acaben renunciando. Los gastos siguen subiendo y la gente que coge el taxi cada vez es menos», manifiestan los taxistas.
«La gente no tiene dinero y el taxi no deja de ser algo de lujo, algo para tener comodidad y eso es lo primero que se suprime. Sólo hacemos los viajes imprescindibles», cuenta un taxista desde Cambrils.
El sector del taxi confiaba en que el volumen de negocio repuntara mínimamente durante el verano, algo que no ha sucedido. «Aquí vivmos mucho del turismo, pero incluso la Costa Daurada ha fallado esta vez. Hemos aguantado un poco por la gran cantidad de turistas rusos, que ha supuesto un ligero alivio», manifiestan. «Ha sido un verano muy flojo. Nos han salvado los rusos», admite Marqués.
Varios son los factores de la debacle. «El gasoil vuelve a estar a unos niveles altísimos. A eso se añade el seguro del coche, los gastos de la central o la ITV», enumeran. Y Marqués añade: «Todo vale mucho: el radiotaxi, la seguridad social o el mantenimiento del vehículo. Estar todo un día con el taxi te supone, de entrada, un gasto de 50 euros». Y, además, los autónomos. «Pagamos 254 euros al mes pero a partir de los 50 años son casi 500 para poder cotizar más», dice Marqués.
La Costa Daurada, igual
Desde la Costa Daurada: «Hemos bajado un 40% en los últimos años. Lo normal en verano era poner a más conductores para cubrir el servicio durante las 24 horas. Esta vez lo hemos hecho un mes solo, y no todos los conductores. La competencia de los buses urbanos e interurbanos nocturnos también ha influido. «Nosotros no estamos subvencionados pero ellos sí», se queja Marqués.
La situación de los taxistas tarraconenses se equipara a la que vive el sector a nivel estatal, donde también ha visto reducido su facturación a la mitad. Para contrarrestar el descenso de los ingresos, en algunas provincias españolas se plantean la posibilidad de subir las tarifas.
Tarragona destaca como una de las capitales con el precio más alto, según los estudios que realiza Facua, algo que el gremio matiza: «Ese balance es sobre capitales de provincia, pero luego hay muchas ciudades como Calella o Figueres donde la bajada de bandera es dos o tres euros superior. Aquí en la provincia todos tenemos la misma tarifa, lo que pasa es que luego cargan contra Tarragona. Los precios en Barcelona son más baratos porque siempre estás subiendo y bajando gente. Aquí, si vas a Campclar a dejar a alguien, vuelves de vacío».
Ante la coyuntura negativa, muchos optan por buscar ingresos adicionales. «En Tarragona un 15% de conductores se han buscado un segundo trabajo. A lo mejor por la mañana están con el taxi y por la tarde hacen otra cosa», dice Marqués