Los taxistas de Milán se manifiestan en contra de la aplicación Uber
MILAN.- Los taxistas de Milán, que están en huelga, se manifestaron el jueves para protestar contra una aplicación llamada Uber, un prodigio de Silicon Valley que ha provocado una fuerte oposición mientras trata de convertirse en una fuerza mundial.
Los manifestantes pidieron a las autoridades acabar con servicios que los taxistas dicen que son ilegales, y los carteles que llevaban y otros que estaban sobre los taxis dejaron claro que su principal objetivo era la cada vez más popular Uber, un servicio para teléfonos inteligentes que conecta a usuarios con el conductor profesional o chófer más cercano.
Valorada en 3.500 millones de dólares (2.540 millones de euros) y con Google entre sus inversores, Uber es considerada una de las empresas de moda en Silicon Valley. Pero se ha encontrado con la hostilidad y la regulación como obstáculos para su expansión desde su ciudad de origen, San Francisco, hasta más de 70 mercados en todo el mundo.
Las protestas contra Uber en París se volvieron violentas en enero, las compañías locales de taxis en Chicago están luchando en los tribunales y la aplicación ha sido bloqueada por ley para que no opere en varias ciudades en Estados Unidos.
En Milán, Uber dice que sus conductores han sido increpados agresivamente y sus coches han sufrido daños, además de aparecer carteles en la ciudad llamando ladrón a su director general regional.
Los sindicatos de taxistas de la ciudad dicen que es porque la aplicación permite que conductores profesionales sean llamados mientras están circulando en su coche, lo que viola la ley de 1992 que describe a los chóferes como un servicio que se pide al garaje donde tienen su base de negocios, que es lo que los diferencia de los taxistas, que pueden recoger pasajeros en movimiento.
“Había ilegalidades en Milán antes de Uber, pero esto es más malicioso”, dijo Raffaele Grassi, líder del sindicato de taxistas de Milán SATAM y concejal de la ciudad. “La tecnología no puede ser usada para evadir la ley”.
Los sindicatos de taxistas son un fuerte grupo de presión en Italia y han acabado con numerosos intentos de liberalizar la industria e incrementar el número de licencias de taxi disponibles. Es habitual que las licencias pasen de padres a hijos y, según los taxistas, las pueden vender por sumas de seis cifras.
El ayuntamiento de la ciudad ordenó el pasado julio a los coches de Uber regresar a la oficina central de la compañía entre carrera y carrera, sin importar la localización del siguiente pasajero. Pero esto fue suspendido por el tribunal regional que dijo que la regla era “irracional” dado el éxito de los teléfonos móviles.
Uber, que se lanzó en Milán hace un año antes de llegar a Roma, dice que se ha hecho concesiones a causa de las leyes en la ciudad y opera cumpliendo de manera efectiva todas las regulaciones.