La reforma de la Diagonal se acelera

* La reforma ‘suave’ de la avenida toma cuerpo y se cerrará este mes
* Las bicis, sin carril propio
* Los cruces con Calvet y Via Augusta darán más espacio al automóvil
BARCELONA. LA VANGUARDIA. ÓSCAR MUÑOZ.- El plan de reforma de la Diagonal, uno de los secretos mejor guardados del alcalde Xavier Trias, está prácticamente cerrado. Este mismo mes las bases de la actuación quedarán definidas con la previsión de que en junio puedan aprobarse definitivamente y se licite la redacción del proyecto. El tramo en el que se está trabajando, el comprendido entre el paseo de Gràcia y la plaza Francesc Macià, va tomando su forma definitiva sobre el papel. La intención es que las primeras obras puedan arrancar a finales de año. El área de Hàbitat Urbà ha valorado todos los aspectos que tener en cuenta para resolver los problemas que sufre la avenida, principalmente la falta de espacio para los peatones junto a las fachadas, lo que dificulta la actividad comercial, y la difícil convivencia entre estos, los ciclistas y el tráfico motorizado, incluido el aparcamiento.
El último diseño, al que ha tenido acceso La Vanguardia, mantiene la calzada central tal como está –con dos carriles de circulación general más uno para autobuses y taxis por sentido-, amplía las aceras laterales hasta el primer árbol, con lo que pasan a tener cerca de ocho metros, y convierte las actuales tercianas en espacios para la circulación local, limitada a 30 km/h, la carga y descarga y el estacionamiento de motos. Entre las principales novedades de este dibujo frente a los anteriores, y con toda probabilidad la que suscitará más controversia, es que los ciclistas no dispondrán de vial propio segregado y compartirán espacio con el resto de vehículos que usen esta plataforma de servicios de velocidad calmada que será más ancha que un carril convencional.

Cuando llegó a la Casa Gran, Trias se puso como objetivo tener un idea definida de cómo remodelar la avenida antes de finalizar el mandato, bajo la premisa de que la actuación sería suave y sin tranvía, nada que ver con la profunda transformación que planteó su predecesor, el socialista Jordi Hereu, que naufragó tras la consulta ciudadana de mayo del 2010. Su voluntad era tenerlo todo listo a tiempo para acometer las obras en el siguiente periodo, del 2015 en adelante. El alcalde aseguró hace unos meses que la actuación en la Diagonal no era prioritaria. Pero esta posición ha cambiado. La actividad comercial va a menos -la crisis tiene mucho que ver-, la imagen de deterioro continúa y los problemas de convivencia entre peatones, ciclistas y el resto del tráfico persisten, pese al descenso de la movilidad, otro de los efectos de la caída de la economía. Así las cosas, la intervención ahora parece más urgente.
En este contexto, los comerciantes han apretado para que el Ayuntamiento se ponga las pilas. Que otras avenidas singulares de la ciudad -el paseo de Gràcia, la rambla Catalunya y el Paral•lel- vayan a recibir fondos para su mejora este mismo año acrecentó la sensación de agravio de los vecinos y negocios de la Diagonal, lo que ha acabado por obligar al equipo de Trias a modificar el calendario inicialmente previsto. En las negociaciones para desbloquear un segundo paquete de inversiones para la ciudad entre el gobierno de CiU y el grupo del PP, estos últimos han forzado una partida específica para la remodelación. La semana que viene o a más tardar la otra, está previsto celebrar una nueva reunión entre el equipo de gobierno y el líder del PP, Alberto Fernández Díaz, para acabar de perfilar el presupuesto que se destinará este año y los siguientes, ya que se está pactando una partida plurianual hasta el 2015.
El último diseño previsto, que todavía podría sufrir alguna variación menor, ha recogido las aportaciones de las entidades y comercios de la Diagonal, muchas de las cuales han sido validadas por los técnicos municipales de las áreas de Mobilitat y de Hàbitat Urbà. La desaparición del carril bici obedece a la premisa de que las vías limitadas a 30 km/h o a menos velocidad son idóneas para estos vehículos. Para reforzar esta idea, el Ayuntamiento prevé prohibir que, en ellas, los vehículos a motor acosen a los ciclistas.
Según los primeros cálculos, serán necesarios unos 15 millones de euros para remodelar el tramo entre Francesc Macià y el paseo de Gràcia. Los populares creen que la obra no debe abordarse como una prueba piloto, que inicialmente afectaría sólo a un tramo de 400 metros, como aseguró hace un mes el teniente de alcalde de Hàbitat Urbà, Antoni Vives. Consideran que una vez se inicien las obras deberá fijarse un calendario realista para acabar la actuación en fases posteriores y sucesivas. Lo que ya es casi seguro es que en junio la remodelación se llevará al pleno municipal para su aprobación definitiva.
En la próxima reunión se deberá acordar la inversión que se destinará el 2013 de manera que permita iniciar las obras cuanto antes, teniendo en cuenta que quedará tan sólo medio año para presentar un proyecto urbanístico y poder iniciar los trabajos. Un calendario quizás excesivamente justo, pero en el que la empresa municipal Bimsa ya está trabajando para acelerarlo al máximo. De ahí que no se descarte que la primera actuación acabe afectando a un tramo menor del previsto inicialmente, con una inversión más pequeña con la intención de poder destinarla íntegramente a las obras de remodelación