Barcelona restringirá la circulación de vehículos contaminantes en 2020

  • Podría afectar a más de la mitad de la flota matriculada
  • El año que viene se limitarán de forma puntual en caso de episodio de contaminación

Barcelona | La Vanguardia.- El Ayuntamiento de Barcelona ha puesto fecha de caducidad a los vehículos más contaminantes de la ciudad. En 2020 se prohibirá la circulación de determinados coches de manera permanente. La idea está clara. Falta definir cuáles serán los que quedarán invalidados, que no es poco. Los responsables del gobierno municipal lo estudiarán en el marco de la Mesa contra la contaminación del aire de Barcelona durante el primer semestre del año que viene.

Antes, a partir de abril del 2017, los coches de gasolina matriculados antes del 2000 y los diésel con más de diez años de antigüedad ya tendrán prohibido entrar y moverse por la ciudad durante los episodios de contaminación. Esto es, a lo sumo, tres días al año. La prohibición pasará a ser los 365 días del año a partir del 2020.

El protocolo ya tiene calendario pero su contenido aún está pendiente de los informes técnicos. Se trata de unos estudios especialmente importantes porque definirán de manera clara cuáles serán los coches que tendrán prohibida la circulación a partir del 2020, la principal incógnita.

La teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, ha sugerido que podrían quedar fuera de juego todos aquellos vehículos que no tengan etiqueta ambiental de la dirección general de Tráfico (DGT). De ser así, se verían afectados los coches de gasolina matriculados antes del 2000 y los diésel de antes del 2006. Es decir, alrededor del 60% del parque automovilístico .

Sólo en Barcelona hay 627.513 vehículos que no recibirán etiqueta y que, por lo tanto, no podrían circular de escoger este baremo. La cifra de automóviles incapacitados para circular supera el millón si se tiene en cuenta a todo el área metropolitana de Barcelona. Fuentes municipales rebajan el parque circulante considerado contaminante al 30 o 40% del total, aunque prefieren no concretar a la espera de los informes de los técnicos, que estarán listos durante el primer semestre del año que viene.

‘Plan renove’ con tarjetas de metro de regalo

La apuesta decidida del Ayuntamiento de Barcelona se acompañará de un incentivo para favorecer la renovación del parque automovilístico. Será una especie de plan Renove peculiar: cada persona que tramite la baja de un coche considerado contaminante –independientemente de si se compra uno nuevo o no– recibirá a cambio abonos de transporte público gratuito para toda la familia durante un año.

“El tipo de tarjetas que se entregarán se determinará en función de la renta familiar”, ha explicado la concejal de Movilidad, Mercedes Vidal. Los beneficiarios podrán utilizar también el Bicing de manera gratuita durante un período aún por determinar. La medida se acabará de definir a principios del año que viene y está previsto que empiece a ser efectiva a partir del tercer trimestre del 2017.

El año que viene, las primeras restricciones

Los incentivos por renovación de vehículo forman parte del protocolo de contaminación que empezará a aplicarse de forma progresiva a partir del 1 de enero de 2017. La restricción puntual en caso de episodio de contaminación, a partir de abril, irá acompañada del encarecimiento de la zona azul y verde e incluso podría llegar a producirse la prohibición de aparcamiento. Este punto necesita el consenso de los grupos de la oposición para salir adelante.

También se está trabajando de manera coordinada con la Generalitat y el Área Metropolitana de Barcelona en la creación de unos abonos a precio reducido durante los episodios de contaminación para que los usuarios habituales del vehículo privado se pasen al transporte público aunque sea de manera puntual. Los taxis y los vehículos de transporte de mercancías no tendrán prohibida la circulación pero sí que se tomarán medidas para maximizar su eficiencia y evitar que den vueltas en vacío.

Otro aspecto importante que aún está por definir es cómo se hará el control en caso de prohibición. Ya se está trabajando de manera experimental en un sistema de lectura de matrículas en las rondas. Hasta que esté activo, el control quedará en manos de la Guardia Urbana.

Lo que sí que está más claro es la zona de actuación, denominada zona de bajas emisiones en el plan contra la contaminación atmosférica. Será todo el ámbito de la ciudad de Barcelona que queda comprendido en el perímetro de las rondas. Además, se contempla la creación de unas zonas de protección adicional en el entorno de hospitales, escuelas y lugares sensibles en los que las restricciones serían más duras.

Reducción de la contaminación

Las medidas anunciadas van dirigidas a reducir los niveles de dióxidos de nitrógeno (NO2) y partículas en suspensión (PM10), que aumentaron un 11 y un 13% según el informe de salud presentado a principios de noviembre. El incremento de estos elementos está relacionado con el aumento de la movilidad de vehículos privados en Barcelona durante los últimos meses. “Los niveles de partículas en suspensión registrados superan los límites que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, ha remarcado el comisionado de Ecología, Frederic Ximeno.

“Barcelona no es Madrid”, ha insistido Janet Sanz, al explicar que “mientras en Madrid se producen picos en momentos puntuales, en Barcelona el problema es estructural”. Por eso, ha dejado claro que las medidas que se tomen en una ciudad no tienen por que ser igual de válidas en la otra.