Uber y la falsa innovación

UBER Y LA FALSA INNOVACIÓN

Artículo de Miguel Ángel Leal. Presidente de FEDETAXI 

Londres es la capital financiera de Europa, es una ciudad abierta, moderna y siempre a la cabeza en innovación; por esas mismas razones no ha caído en la trampa de Uber, especialista en venderse como lo que no es. Las autoridades londinenses saben que detrás del Marketing de esta empresa se esconden problemas graves de seguridad, abusos laborales y una enorme falta de responsabilidad corporativa. Uber no es el futuro, es un pasado lejano caracterizado por la falta de regulación necesaria y la precariedad laboral, disfrazado de innovación gracias a su coartada tecnológica.

Transporte para Londres, la organización pública encargada de regular el sistema de transporte de la ciudad, ha decidido no renovar la licencia de operación a la trasnacional por no ser “un operador adecuado y correcto” y porque “la conducta de Uber demuestra falta de responsabilidad corporativa en relación a varios asuntos que tienen potenciales implicaciones sobre la seguridad pública”.

La justificación de la decisión no tiene desperdicio y coincide con muchas de las denuncias que hemos venido haciendo desde FEDETAXI sobre el comportamiento de Uber, motivando la medida en “su actitud a la hora de informar de delitos graves”; “su actitud en la forma de obtener certificados médicos”: “su actitud sobre cómo obtiene los certificados del DBS (para los trabajadores)”, y “su actitud al explicar el uso de Greyball en Londres, un software que puede usarse para impedir a los organismos reguladores que tengan acceso completo a la aplicación y para impedir a funcionarios que lleven a cabo sus deberes reguladores y de cumplimiento de la ley”.

El ayuntamiento de Londres tiene razones para considerar que Uber no cumple con sus obligaciones y viola múltiples leyes y regulaciones. Me pregunto entonces, si Uber es tan innovador ¿por qué tiene que incurrir en las conductas que han conducido a la revocación de su licencia? Si es la tecnología y no la precarización laboral y la falta de controles de seguridad la que les permite acumular beneficios ¿por qué una ciudad líder en innovación les niega la posibilidad de operar en sus calles? Porque las autoridades de Londres saben, como ustedes y como yo, dónde está el negocio de Uber. ¡Qué lástima que nuestras administraciones no se quieran dar cuenta también!

Steve McNamara, Secretario General de la Asociación de Taxistas con Licencia, que al igual que nosotros en España, lucha por defender los derechos del sector en Reino Unido ha afirmado que “desde que Uber llegó a nuestras calles no ha parado de romper la ley, explotar a sus conductores y negarse a responsabilizarse por la seguridad de los pasajeros” agregando que una empresa que demuestre esa conducta “no tiene sitio en las calles de Londres” ni en las de Madrid añadiría yo.

Lo que ocurre en la capital británica no es un hecho aislado, forma parte de la conducta normal de empresas como Uber alrededor del planeta que logran sus beneficios a costa de la explotación laboral y la seguridad de los pasajeros y que ha hecho que países como Dinamarca o Italia y ciudades como Vancouver y la propia Londres le hayan cerrado sus puertas a pesar de sus campañas de Marketing y su intenso lobby a organismos públicos y partidos políticos