Uber, la aplicación que enfada al sector del taxi

La plataforma para contratar trayectos urbanos entre particulares abre el debate entre quirnes defienden nuevas formas de consumo

Uber, la aplicación que enfada al sector del taxi

Los taxistas han reclamado el cierre de la aplicación Uber en nuestro país S. J.

“Son taxis pirata“, afirma Luis Berbel, presidente del Sindicat del Taxi de Catalunya (STAC). “Es transporte de viajeros pero sin licencia ni autorización administrativa y sin vehículos homologados”, añade. “No podemos permitir este tipo servicios, es como abrir un bar o una tienda sin permisos”.

La aplicación Uber desembarcaba por primera vez en España con su lanzamiento hace unas semanas en Barcelona. Y, al igual que sucedió en otros países, lo hizo haciendo ruido. Su llegada movilizó en su contra al colectivo de taxistas de la ciudad, que ven en la plataforma un competidor al margen de la ley.

Los responsables de Uber en España se han esforzado en defenderse de las acusaciones, esgrimiendo que se limitan a facilitar el contacto entre particulares y que no son una empresa de transportes.

Desde la web Consumo Colaborativo, referencia en el ámbito, ven normal que haya estas tensiones porque son opciones innovadoras que afectan a sectores tradicionales. Del mismo modo que internet revolucionó el mundo de la música y de los medios de comunicación. La expansión imparable de Uber –ayer se integraba el servicio en la última actualización de Google Maps– “está convirtiendo el sector del taxi en la siguiente industria en sufrir el impacto de la disrupción” tecnológica, opina en su blog el experto en tecnologías de la información y profesor en la IE Bussiness School, Enrique Dans.

Albert Cañigueral, fundador de la página, defiende que la regulación es necesaria, pero sin prohibir la actividad. Interesa estudiar el marco legal, la regulación, entendida como establecer un marco de funcionamiento”. También en contra de la prohibición argumenta Dans, algo que en su opinión resultaría “imposible o abusivo”: “Lo único que se puede plantear para el sector del taxi es intentar ir eliminando algunas de las restricciones y regulaciones absurdas que lo aquejan e intentar competir en base a un mejor servicio”, considera.

“Ninguna empresa ha creado su empresa en contra de nadie ni de nada.  La gente quiere nuevas formas de hacer las cosas, más eficientes, más ecológicas, más sociales… Estas empresas ponen retos en la economía tradicional”, expone Cañigueral. “Hay un camino de transición, hay nuevas formas de hacer las cosas para ir evolucionando. Y no somos excluyentes, ofrecemos otras opciones. El tren y el autobús no desaparecerán porque exista, por ejemplo, BlaBlaCar“, añade Cañigueral haciendo referencia a la plataforma para compartir gastos de viaje, contra la que la patronal de autobuses Fenebús ha interpuesto una demanda.

Desde Blablacar toman distancia respecto a la polémica que ha generado el despliegue de Uber. Su modelo es diferente y, según recalcan, cumple estrictamente la ley. El servicio se diseñó para que los conductores puedan cubrir los gastos que supone un trayecto compartiendo viaje con otras personas interesadas en realizar la misma ruta y no para que reciban un beneficio extra.

“Los usuarios no pueden lucrarse por el hecho de compartir el coche, esto es muy importante para nosotros”, expone el Country Manager de BlaBlaCar para España, Vincent Rosso. Para controlarlo disponen de herramientas dentro de la plataforma y de personal dedicado a ellos: “Más del 35% de nuestros empleados está pendiente de la redacción de contenidos y del cumplimiento de esta regla”.

Retomando el caso de la aplicación Uber, Cañigueral reconoce que los taxistas tienen razón a la hora de hablar de competencia desleal pero apunta que la cuestión que se debe plantear es si estas licencias tienen razón de ser o no.

En este punto, Berbel alerta de que allí donde se han liberalizado los servicios en busca de mejores tarifas o mejor servicio los resultado han sido los contrarios y “han tenido que retroceder”. Y además problemas de inseguridad para el usuario, argumenta que habría más sobreexplotación en un sector, el del taxi, que ya está “sobresaturado” en la ciudad, que cuenta con un parque de más de 10.400 vehículos.

Por el momento, la Confederación del Taxi de España ha remitido un escrito al Ministerio de Fomento solicitando una reunión urgente para tratar la cuestión. Los taxistas han solicitado el cierre de la aplicación en nuestro país. La Generalitat anunciaba hace unos días la apertura de un expediente sancionador y recordaba que operar un servicio de transporte sin las licencias necesarias puede conllevar sanciones de más de 1.000 euros.

La polémica reproduce a la que se ha generado en otros países, como Francia o Bélgica, donde Uber ha desembarcado antes. Desde Bruselas se han anunciado multas de hasta 10.000 euros para los conductores que recojan pasajeros y un tribunal ha solicitado el cese de las actividades de la aplicación en la capital belga. La Vicepresidenta de la Comisión Europea, Neelie Kroees salía al paso calificando la decisión del tribunal de “alocada” y defendiendo la libertad de mercado.

Leer más: http://www.lavanguardia.com/tecnologia/moviles-dispositivos/aplicaciones/20140508/54406697469/uber-aplicacion-criticas-taxi-trayectos-particulares.html#ixzz318JM8L5h
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