El día 12 concluye el plazo para la adaptación de los taxímetros a la regulación horaria en Madrid

MADRID. MADRID DIARIO. ENRIQUE VILLALBA.- Este martes concluye el plazo de adaptación a la regulación horaria en el sector del taxi. Los problemas de adaptación tecnológica de algunos fabricantes de taxímetros y la demora de algunos profesionales hacen que hasta un 16 por ciento del sector corra el riesgo de suspender su actividad. El Ayuntamiento está abierto a propuestas para solucionar sus problemas, mientras entra en vigor al completo la normativa.
El sector del taxi afronta un verano de importantes cambios en su estructura y trabajo. La adaptación más inminente es la de la regulación horaria que limita la jornada a 16 horas para los conductores individuales y a 18 horas para aquellos que poseen asalariados. Han pasado los dos meses que estableció el Ayuntamiento de Madrid para incorporarse a la nueva medida. Sin embargo, según distintas fuentes del sector, aún quedan entre 1.500 y 2.500 coches por adaptarse al nuevo régimen, entre un 10 y un 16 por ciento de toda la flota de la ciudad.
Al parecer, el principal problema, más allá de los que se han rezagado por voluntad propia, es que algunos de los taxímetros que seguían en funcionamiento hasta ahora estaban obsoletos o no admitían las modificaciones técnicas necesarias para aceptar la limitación horaria. Su homologación ha llegado en las últimas semanas y las casas instaladoras no dan abasto para actualizar los sistemas tecnológicos.
Los mayores problemas los atraviesan los teletaxis, que forman gran parte del colectivo con aparatos obsoletos. También aquellos que tienen un taxímetro en el retrovisor. La reprogramación cuesta entre 40 y 50 euros, y la sustitución de esta herramienta, entre 400 y 600 euros. Todos estos coches incumplirían la norma del Consistorio, que es tajante en la entrada en vigor de la nueva normativa. Los que no estén preparados, no podrán trabajar.

Moratorias o pegatinas

El Gobierno municipal, la Gremial y la Federación han acordado buscar una solución para aquellos coches que tienen que instalar un nuevo taxímetro (no a los que tengan que reprogramar el aparato). Fuentes del Área de Medio Ambiente explicaron a Madridiario que va a aplicarse la ordenanza. No obstante, la administración espera una propuesta de las asociaciones representativas para solventar el problema de los taxistas que se han quedado descolgados. Este lunes, Sánchez y Funes se reúnen para hacer una propuesta conjunta al departamento de Ana Botella. Esta pasaría porque los afectados tuviesen hasta agosto para cambiar sus aparatos y, mientras tanto, tuviesen algún tipo de acreditación, aún por concretar, que fijase la cantidad de horas que trabajan.
Salvo el responsable de UGT, todos coinciden en la necesidad de una nueva regulación que mejore la explotación de los taxis y mejore las condiciones competitivas del sector. “Hemos arrastrado una patología que ha mermado mucho el negocio que ha sido el exceso de autorizaciones. La crisis ha hecho que se resienta mucho el negocio. Ahora podremos funcionar de manera más ordenada”, explica Sánchez. Sin embargo, todavía continúa entre los representantes el debate sobre la organización de las horas de trabajo. Al aprobar la norma, el Ayuntamiento eliminó las paradas técnicas obligatorias para que cada conductor se gestione el tiempo como desee y permitió que la limitación no fuese efectiva en fin de semana.
Esteban y Mostaza temen que, si no se especifican los horarios de trabajo de cada conductor asalariado en la tarjeta identificativa, estos vayan cambiando de taxi en el caso de aquellos empresarios que cuentan con varios vehículos. El responsable de UGT estima que, incluso, podrían incumplirse las condiciones de los conductores incluidos dentro del convenio profesional, ya que, según esta norma, solo pueden trabajar 40 horas semanales y 8 diarias. Funes entiende que los conductores individuales no resultan afectados por la regulación porque “nadie puede trabajar en el taxi más de 16 horas. Los principales perjudicados son los empresarios que tienen asalariados, a los que se reduce el número de horas para rentabilizar su vehículo, y provoca despidos”.

Despidos

Según los cálculos de la Gremial, la limitación horaria va a suponer que entre 500 y 700 personas se queden sin trabajo. El líder de la Federación cree que no es necesaria esta pérdida de empleo si se cumple a rajatabla la nueva ordenación. En todo caso, a juicio de Esteban, ya ha servido para cribar a algunos trabajadores que estaban en condiciones irregulares.
La otra gran adaptación que tienen que acometer los taxistas es la adaptación a la regulación de las vacaciones de agosto. Según el acuerdo del sector con el Ayuntamiento, se han unido las libranzas del mes, de tal manera que los números pares descansen los 14 primeros días y los impares, los 14 últimos. A cambio, puede trabajarse sin parar el resto del mes. Gremial y Federación coinciden en que el grado de satisfacción con la medida es muy alto porque no se obliga a nadie a cogerse sus vacaciones. En teoría, no hay una merma en el tiempo de trabajo durante el mes de agosto, a la vez que se garantiza el servicio para la ciudadanía y se permite que haya un número razonable de taxis en la calle en un mes en el que baja la actividad.
Sin embargo, Agetaxi y UGT- Uniatramc consideran que hay un agravio. Esteban dice que la reforma satisface a los floteros porque pueden trabajar sin parar los 15 días que les corresponden, ya que cuentan con conductores de refresco, sacándole toda su rentabilidad. “Mientras, el autónomo que trabaja él solo su vehículo tiene que reventarse para poder compensar el mes”, concluye. Mostaza agrega que los empresarios pueden hacer trabajar todo el mes a sus asalariados, pasando de coche en coche, cuando tienen derecho a vacaciones. “El Ayuntamiento de Madrid debería pedir que no se nos tributase por los días en los que, obligatoriamente, tenemos el coche parado”, comenta.