Cerco policial al taxi ilegal

Un dispositivo policial confirma la presencia de empresas pirata de transporte en el Port Olímpic
Los chóferes irregulares ofrecen la carrera gratis a prostíbulos a cambio de comisiones de 100 euros
BARCELONA. EL PERIODICO. CARLOS MÁRQUEZ DANIEL.- Barcelona ha sido un imán para el turismo de borrachera y despedidas de soltero. Hasta cierto punto sigue siéndolo, amén de unos precios, sobre todo los de la restauración, que están por debajo de la media europea. Con los años, el florecimiento de hoteles de cuatro y cinco estrellas ha atraído a un extranjero de cartera más generosa. Pongamos por caso el ciudadano ruso, alguien que no escatimará en gastos y que quiere que las cosas se le sirvan en bandeja. Ahí entra la materia de hoy, de cómo hay empresas y particulares que se están dedicando a ofrecer el servicio del taxi sin licencia. Sucede sobre todo en la zona del Port Olímpic, a la salida del casino o frente a los restaurantes. ¿Destino? Locales nocturnos y prostíbulos, donde el conductor recibe una suculenta comisión tras una carrera que incluso ofrece gratis al cliente porque le sale a cuenta.
La noticia no es de hecho ninguna novedad. Lo que sí está de actualidad es que la Guardia Urbana se implique en el asunto para cortar una hemorragia que empezaba a descontrolarse. Al margen de ser una práctica ilegal, ya se han producido varias peleas en la zona entre chóferes con licencia y conductores furtivos que era necesario atajar. El ge- rente del Instituto Metropolitano del Taxi (IMT), Eduard Ràmia, pidió al primer teniente de alcalde, Joaquim Forn, que la policía local se implicara en el asunto. Es evidente que un funcionario impone mucho menos que un agente con placa y pistola. Y no solo eso, no es lo mismo una advertencia administrativa que una multa y la posibilidad de cesar una actividad económica fuera de la ley.

Más allá de la pataleta

El último dispositivo de control se realizó hace dos fines de semana. Tras cerciorarse de que aquello no era una pataleta del sector –fueron los propios taxistas quienes denunciaron la situación–, inspectores del IMT y patrullas de la Urbana organizaron una vigilancia doble: en varios puntos de la ciudad para fiscalizar la acción del propio gremio, y en el entorno del Port Olímpic, donde el ojo se centró en esos chóferes pirata. El primer dispositivo finalizó con 40 vehículos inspeccionados, en los que se detectaron cinco infracciones. Dos de ellos fueron trasladados al depósito al carecer de licencia en regla.
El control bajo las torres de Marina fue algo más movido, como era de esperar. La policía cazó a tres particulares que usaban su propio vehículo para trasladar a turistas a varios locales de la ciudad. Dos de ellos eran de nacionalidad búlgara y usaban su propio coche con matrícula del país de origen del propietario. El ayuntamiento prefiere no mojarse en cuanto al destino. Sí lo hacen los taxistas, que sin tapujos admiten que estos turistas buscan que se les lleve a algún prostíbulo. La Urbana también sancionó a otros tres conductores de una empresa que carecían de la autorización de transporte público e impuso siete denuncias a varios taxis por cometer varias irregularidades, como no encender el taxímetro y cobrar una cantidad fija al margen de las tarifas en curso.

Carrera y comisión

Con los resultados en la mano, la Urbana y el instituto gestor han podido constatar la existencia «de una empresa que busca clientes en la zona del frente marítimo para trasladarlos en sus furgonetas a locales nocturnos que luego les pagarán una comisión». Luis Berbel, presidente del Sindicato del Taxi de Catalunya (Stac), ya advirtió en marzo sobre la actividad de una compañía que, bajo el nombre de Aleman Eventos, se dedicaba a captar turistas «para llevarlos a locales de alterne». Así lo hizo saber a la Generalitat, que pocas semanas después, a través de una carta firmada por el subdirector general de Orde-nació i Inspecció, Josep M. Fortuny i Olivé, adelantaba que se estaban llevando a cabo «las actuaciones necesarias para la comprobación de los hechos denunciados
Berbel señala que las propinas por estos servicios pueden superar en algunos casos los 100 euros por cliente cuando se trata de un prostíbulo de altos vuelos. Tal era la tensión junto al Casino de Barcelona, que los tramposos se acercaban a las paradas legales de taxis para seducir a los extranjeros justo en el momento en el que se disponían a iniciar una carrera. El presidente del Stac admite que es habitual que los taxistas reciban un aguinaldo de un local cuando les consiguen un cliente, algo que no es ilegal si se ha hecho un uso legítimo del taxímetro y no se ha hecho nada en contra de la voluntad del viajero. Y para cortar la raíz del problema, reclama que se pueda requisar el vehículo cuando se demuestra que se trata de un taxi pirata, algo que, apunta, ya se hace en Baleares desde el mes de junio.
Ràmia valora el apoyo de la Guardia Urbana en esta batalla y espera que, a pesar de las estrecheces económicas, se mantengan «controles regulares».

Los turnos inician su andadura el 2 de enero con dudas sobre su éxito

Tras votarlo en referendo, el sector del taxi aplicará a partir del 2 de enero un sistema de turnos encaminado a reducir la flota y re- partir así mejor la demanda, que ha caído cerca de un 25% en los últimos años. El objetivo es quitar de la calle unos 2.000 taxis –hay 10.500 licencias activas– y evitar así esa escena de una hilera de taxis circulando en procesión con el verde encendido. Groso modo, los chóferes han podido elegir trabajar en turnos de mañana o tarde, un sistema que genera dudas por cuanto rompe con la histórica libertad del gremio. Cada vehículo llevará una pegatina en la que se distinguirá su turno.